Villalpando se vistió ayer de celeste y blanco para expresar y defender, un año más, su fe en la Purísima Concepción de María. Este lugar de la estepa castellana fue el primer rincón del mundo donde se defendió de forma explícita este dogma que desde 1466 renuevan anualmente los católicos de los 13 pueblos de la comarca. Un acto que en 2021 cobraba una importancia especial por la presencia del nuevo obispo de Zamora, Fernando Valera, y del nuncio apostólico, Bernardito Auza.

El representante de la Santa Sede en España y Andorra ha dado continuidad la tradición de que los nuncios oficien durante el primer año de su ministerio la renovación del Voto Inmaculista de Villalpando y su tierra, desde que en 1954 el nuncio Ildebrando Antoniutti acudiera personalmente a canonizar la imagen de María Inmaculada que hay en la iglesia parroquial de San Nicolás. “Villalpando es uno de los lugares de España que no son sedes diocesanas más visitados por los nuncios”, recordó el propio Auza a los fieles de los 13 pueblos que abarrotaban la iglesia parroquial.

El nuncio apostólico, Bernardito Auza, sale del Ayuntamiento de Villalpando. | Emilio Fraile Alejandro Bermúdez

La visita del nuncio comenzaba en el Ayuntamiento de Villalpando –la antigua iglesia de Santa María del Templo, del siglo XII–, donde fue recibido por los alcaldes de los 13 pueblos de la tierra inmaculista, por el diputado provincial Ángel Ruiz y por la delegada territorial de la Junta en Zamora, Clara San Damián. Allí, el alcalde de Villalpando, Félix González, obsequió a Bernardito Auza con una copia del cuadro de Antonio Pedrero que representa el Voto de 1466 en la iglesia de San Nicolás, y le pidió que le hablara al papa Francisco del pueblo natal de su amigo Leoncio Herrero, un misionero del Sagrado Corazón de Jesús, ya fallecido, que entabló una estrecha amistad con Bergoglio cuando este era obispo auxiliar de Buenos Aires y el villalpandino dirigía una escuela en uno de los barrios más pobres de la capital argentina.

Auza, por su parte, expresó su satisfacción por visitar “un lugar tan importante en la historia de la fe mariana como es Villalpando”, donde comenzó la fervorosa defensa de la Inmaculada Concepción que después “España extendió por muchos países de América y también por mi país de origen, Filipinas, donde igual que aquí hoy es un día festivo, sin trabajo”.

El obispo de Zamora, el nuncio apostólico, el alcalde de Villalpando y el párroco. | Emilio Fraile Alejandro Bermúdez

El nuncio apostólico y el obispo de Zamora recorrieron a pie, escoltados por los pendones de los 13 pueblos inmaculistas, la distancia entre el Ayuntamiento y la iglesia de San Nicolás. Los feligreses de Villalpando y del resto de la comarca abarrotaron el templo para asistir a la Eucaristía concelebrada por Bernardito Auza, que durante su homilía habló del ejemplo de Santidad que María supone para todos los católicos.

En ese mismo emplazamiento –la iglesia original de San Nicolás– fue donde en 1466 representantes de 13 pueblos de Tierra de Campos juraron defender una idea en la que creían muchos cristianos desde tiempos antiguos, pero que aún era objeto de debate en el seno de la Iglesia: que María, la madre de Jesús, estuvo libre del pecado original de Adán y Eva que se ha ido transmitiendo al resto de la humanidad, y que estuvo libre del mismo –sin mácula– incluso desde antes de nacer, desde el momento mismo de su concepción, porque Dios la preservó así para que años después fuera la madre de Jesús. Esto no se convirtió en dogma de fe hasta casi cuatro siglos más tarde, en 1854, pero el Imperio español ya había sembrado ese sentimiento en tres continentes diferentes, no en vano María Inmaculada es la patrona de España.

Escenificación del Voto Villa de 1466 en el altar de la iglesia de San Nicolás. | Emilio Fraile Alejandro Bermúdez

El Voto Villa o Voto Inmaculista de Villalpando y su Tierra no comprometió solamente a los terracampinos que lo juraron en 1466, sino también a los hijos y a los hijos de sus hijos “hasta el final de los tiempos y por siempre jamás”. Y ayer, Día de la Inmaculada Concepción, esos hijos volvieron a renovar la fe y el compromiso de sus antepasados en presencia del nuncio apostólico.

Una vez finalizada la misa y renovado el Voto, un grupo de vecinos escenificó en el altar de San Nicolás, ante la imagen de la Inmaculada, lo ocurrido el Día de Todos los Santos (sábado 1 de noviembre) de 1466 en ese mismo lugar. Los vecinos de Villalpando y alrededores sufrían los efectos de la guerra civil entre los partidarios del rey Enrique IV y los de su hermano el infante Alfonso, que le disputaba el trono. Para colmo de males, una peste recorría la meseta y diezmaba a una población debilitada por el hambre. Por eso, decidieron encomendarse a María. El entonces “alcaide” de Villalpando, Ramiro de Mazuelas, reunió en ese altar a hombres buenos y jurados de Villar de Fallaves y Villamayor de Campos; Quintanilla del Olmo, Prado y Villanueva del Campo; Tapioles y Cerecinos de Campos; Villárdiga, San Martín y Cañizo; Cotanes y Quintanilla Monte, que juraron defender con su vida “la Purísima Concepción” de la Virgen.

Algunos de los terracampinos que interpretaron la escenificación del Voto Villa de 1466. | Emilio Fraile Alejandro Bermúdez

La representación concluyó con la feligresía cantando bien alto el himno de la Purísima. “Nuestra mayor gloria siempre será, ser la tierra de la Inmaculada”, proclamaron con orgullo antes de salir a la plaza para comenzar la procesión.

Los actos en la calle se vieron frustrados por la lluvia, que comenzó a caer en ese preciso instante, por lo que hubo que montar la mesa procesional de la Inmaculada dentro del atrio, donde el nuncio, el obispo y todos los fieles entonaron juntos la Salve ante la imagen de María Inmaculada.

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GALERÍA | El nuncio del papa renueva en Villalpando la fe en la Inmaculada Concepción Emilio Fraile

Dos ausencias muy sentidas: Félix Carmona y Tomás Osorio

En un día tan importante para Villalpando y su Tierra los feligreses de la zona tenían motivos para la alegría, como la visita del nuncio o el hecho de poder llenar la iglesia tras casi dos años de restricciones por la pandemia. Pero también había dos hechos tristes que empañaban esa alegría: la ausencia de dos sacerdotes muy queridos en la comarca, que fueron dos grandes estudiosos del Voto Inmaculista pero no estaban en la celebración porque fallecieron en el último año: Félix Carmona Moreno y Tomás Osorio Burón.

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Félix Carmona era natural de la tierra inmaculista, pues nació en Villamayor de Campos en 1925. Fue fraile de la Orden de San Agustín y un reputado historiador que se centró en investigar la historia de la Iglesia en América en el siglo XVI, pero también publicó estudios académicos sobre el Voto de Villalpando.

Tomás Osorio nació en Fuentes de Ropel en 1933 y fue párroco de Villalpando durante cuatro décadas, de 1977 a 2017. También era historiador y profundizó en distintos acontecimientos históricos de la villa terracampina, como el Voto Inmaculista de 1466 y las sucesivas renovaciones extraordinarias. En sus últimos años de servicio también fue párroco de otras dos localidades de la tierra inmaculista: Quintanilla del Monte y Cotanes. Una de sus últimas iniciativas como párroco fue la organización de los actos de conmemoración del 550.º aniversario del Voto, en el año 2016.