La comarca natural de Aliste, Tábara y Alba se ha convertido en un paraíso de la longevidad y en la mayoría de los pueblos el núcleo de población más importante es el de la tercera edad y dentro de ellos los octogenarios y nonagenarios con varias personas que superan la los cien años.

Pascuala Bermúdez Ratón, nacida el da 28 de agosto de 1911 en Trabazos, fallecida unos días antes de cumplir los 110 años de edad, (el 9 de agosto) ha sido la persona más longeva de Aliste y coincidiendo con el día de su nacimiento el Ayuntamiento y el pueblo a través de su alcalde Javier Faúdez Domínguez y del teniente de alcalde Antonio Morán, le rindieron un sentido y merecido homenaje póstumo “como ejemplo de humanidad, bondad y sabiduría”: así reza la placa entregada a su familia dándole las “gracias por todo lo que nos has dado a todos”. El homenaje tuvo lugar frente a la casa donde Pascuala vivió siempre un acto privado a causa de la pandemia del Covid-19.

En Aliste, el fallecimiento de Pascuala Bermúdez Ratón deja como alistana más longeva a Mariana Fraile, de Sejas de Aliste, que nació en este pueblo el 23 de noviembre de 1915, y ya va camino de los 106 años. Tras pasar parte de su juventud trabajando en Buenos Aires, regresó a casa para cuidar a su madre. Ahora tiene un hijo, dos nietos y tres bisnietos.

Mariana Fraile, nacida en Sejas de Aliste en noviembre de 1915. | Ch. S.

El varón más longevo de la comarca es ahora mismo Manuel Gago Rodríguez, más conocido por todos como “Melujo”, nacido en Alcañices el 11 de septiembre de 1917, que la próxima semana cumplirá 104 años. Agricultor y ganadero de profesión, contrajo matrimonio en 1945 con María Dolores Gago García, y fruto del matrimonio nacieron Benita, Gaspar, Amalia y Miguel. Viudo desde 1960, toda su vida ha estado ligada a la villa de Alcañices: “A los alistanos de antes nos tocó trabajar mucho de niños y de jóvenes, y ello nos hizo más fuertes y nos dio salud a pesar de las adversidades”.

Manuel Gago, nacido en Alcañices en 1917. Ch. S.

Muestra de la alta longevidad en Aliste, Tábara y Alba la encontramos en la Residencia de la Tercera Edad “San Juan Bautista” de Ferreras de Abajo, donde cuatro personas ya han superado la barrera de los cien años, 23 son nonagenarios y 11 octogenarios (de los cuales cinco llegarán en breve a los 90 años).

Carmen Vicente Vega es actualmente una de las personas residentes en la comarca más longevas: nació el día 21 de noviembre de 1915 en Villanueva de Valrojo y allí vivió hasta 2009 en que llegaba a Ferreras. Hija de Luis y María, fue la menor de cuatro hermanos (tres varones y ella). Reconoce que “trabajé mucho en mi juventud dedicándome siempre a las tareas del hogar y de la familia: a todo lo que hubiera que hacer”. Se casó con Francisco Rodríguez, al que llamaban “Pachico”, albañil, de su mismo pueblo: “Muy bueno y trabajador”.

Pachico.

Con Pachico tuvo cuatro hijos: José, Jesús, María Teresa y Socorrito y muchos nietos, biznietos e incluso una tataranieta. “Tuve siempre mucho carácter, aunque siempre sin perjudicar a nadie. No me gustan las mentiras y siempre he procurado decir la verdad, aunque eso a veces no sea tarea fácil”.

Carmen Vicente Vega con su hija, nieta, bisnieta y tataranieta. La imagen de cinco generaciones. Cedida

Manuel Martínez Molezuelas, nacido el 22 de marzo de 1917 en San Pedro de Ceque, viudo y con cinco hijos, vive felizmente en “San Juan Bautista” de Ferreras de Abajo. Su familia le define como “Un hombre muy sociable y correcto, con muy buen humor y muy activo físicamente. Hacía mucho deporte y siempre le ha gustado mantenerse en forma y cuidarse, algo que mantiene a día de hoy, dentro de sus posibilidades, dando sus paseos diarios y asistiendo a terapia ocupacional y psicomotricidad.

María Socorro Vicete Río, nacida el día 6 de agosto de 1920 en Riofrío de Aliste ha sido la última en alcanzar los 101 años. Hija de labradores, Jacinto y Josefa, fallecidos no muy mayores pues según recuerda ella su padre apenas tenia 65 años. Fue poco a la escuela pues tenía que ayudar a la familia cuidando el ganado o trabajando en el campo.

María se considera una mujer muy corriente y sencilla, a la que nunca le han gustado los lujos ni llamar la atención y afirma ser muy pacífica y hacer siempre lo posible por evitar conflictos o que otra personas se sienta mal por su culpa. Además es una persona muy activa y siempre le ha gustado hacer el mayor número de actividades posible para estar ocupada. A día de hoy lee diariamente, reza el rosario, hace gimnasia, pasea y desempeña actividades de ocio co o puzles o jugar a los bolos, tareas que ha aprendido a hacer por primera vez cuando ya tenía 98 años de edad.

Josefa Martín Aparicio por su parte nació en Moreruela de Tábara el día 19 de septiembre de 1919, hija del herrero Fernando y de Lucila, ama de casa, aunque también eran labradores, labores en las que Pepita participó desde muy pequeña. Sus padres también fueron muy longevos para tiempos pasados falleciendo con 88 y 91 años. Se define como una “persona justa” que considera que “todas las personas deben de comportarse como es debido para que la sociedad funcione correctamente”, tema al que presta mucha atención.

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De izquierda a derecha: Carmen Vicente Vega (105 años), Manuel Martínez Molezuelas (104), Josefa Martín Aparicio (101) y María Socorro Vicente Río, que acaba de cumplir 101. | Ch. S.