La agrupación folclórica alistana “Manteos y Monteras” ha resurgido llegando los calores de agosto del largo y obligado letargo impuesto por la pandemia del COVID 19. Prohibidas las aglomeraciones, verbenas multitudinarias y bailes “agarraos” como el “Llano Alistano”, gaitas, dulzainas y flautas pastoriles se presentan como la alternativa a las guitarras eléctricas, los prados y praderas en pleno campo abierto a las reducidas plazas urbanas. Mas de 12 meses desde que el 3 de julio de 2020 parte del grupo se desplazara hasta Santiago de Compostela para actuar en el programa “Luar” de la TVG (Televisión Gallega) de la mano del prestigioso folclorista y luthier gallego Pablo Carpintero.

“Manteos y Monteras” en el escenario a campo abierto. | Ch. S.

Las actuaciones de este verano se cuentan con los dedos de una mano. En Aliste una fiesta no era fiesta sin un gran grupo u orquesta, sin coros y danzas o una buena convidada a base de productos de la tierra como hornazos, empanadillas o costillas, panceta, churrasco de ternera o sardinas a la brasa. Este año los alcaldes y los vecinos han preferido la cautela. El patrono se tendrá que conformar solo con la misa, sin procesión, y la mayor aglomeración será la de la comida familiar en casa.

Detalle de un baile. | Ch. S.

Detalle de un baile. | Ch. S. Chany Sebastián

Los ensayos se retomaron para ello al aire libre, en la amplia explanada de la estación de autobuses del barrio del Alto la Atalaya, guardando las distancias de seguridad y medidas sanitarias. De los 47 músicos y danzantes que componen “Manteos y Monteras” este verano solamente actuarán 31. Las actuaciones se realizarán por distintos lugares de la provincia de Zamora como Toro y Sanabria.

En el repertorio no faltan los antiguos bailes alistanos y trasmontanos, junto a alguna movidas danzas gallegas o los elegantes pasos sayagueses. Dada la situación no podrán hacer pasacalles urbanos, bailes participativos con público, ni los sainetes o los bailes populares al final de cada actuación donde los folcloristas sacaban a bailar a los niños, jóvenes y mayores de los pueblos en fiestas y visitados.

La pandemia ha llevado a la agrupación a buscar espacios abiertos. | Ch. S.

El público permanece sentado en las actuaciones en todo momento, en sillas separadas entre si y los asistentes solamente podrán seguir los ritmos con los pies o con las manos pero sin moverse de su sitio.

Jóvenes y mayores folcloristas de nuevo ha vuelto a verse las caras pero las cosas y costumbres como los tiempos han cambiado a causa de la pandemia. La agrupación folclórica alistana “Manteos y Monteras” llega con una novedad: la incorporación de José Pedro González Perriles de Tola de Aliste más conocido por todos como “Perriles”, un agricultor y ganadero alistano que pasó de la emigración y del éxodo rural y optó por quedarse en la tierra que le vio nacer con sus vacas, sus ovejas y sus cereales y hortalizas. Perriles es el encargado de danzar el “Baile de la Medida” típico de las bodas alistanas.

Momento de una actuación. | Ch. S.

La supresión de las fiestas patronales en los pueblos ha supuesto un duro revés para las escuelas de folclore como Aulas de Música de aliste y Tras Os Montes de Trabazos y para la de Manteos y Monteras con sede en Alcañices las cuales desarrollan un gran labor, digna de elogio, para recuperar el folclore formando a nuevos folcloristas entre el mes de octubre de un año y el mes de mayo del siguiente. Ello trae unos gastos para instrumentos y profesorado y ahí van destinados parte de los ingresos de las actuaciones veraniegas, entre 400 y 500 euros, de los cuales el 50% se los lleva el alquiler del autobús para poder desplazarse a los pueblos

Los cursos de 2019 a 2020 obviamente se paralizaron nada más llegar la pandemia en marzo y el posterior Estado de Alarma y los de 2020 a 2021 se suspendieron directamente. Falta ahora ver como evoluciona la situación y saber cuando podrán volver las clases si en octubre o mas adelante cuando la situación sanitaria los permita sin riesgos.

En cualquiera de los casos las cosas no serán como antes y dadas las limitaciones de los locales ya se da por hecho que tendrán que reducirse el numero de alumnos tanto para el curso en si como para cada clase. En el caso de las danzas y los instrumentos como el tamboril el problema sería menor ya que se puede llevar la mascarilla. Sin embargo en los casos de la gaita, dulzaina y flauta, aparte de tener que ensayar sin mascarilla, se hace soplando con el riesgo que lo conllevaría al hacerlo en locales cerrados.