La Asociación de Municipios Afectados por Presas y Embalses de Zamora ha criticado la “fuerte desertización que sufre todo el territorio adyacente al embalse de Ricobayo”, que experimenta “uno de los niveles más bajos de su historia”.

Ayer, el embalse se encontraba al 25% de su capacidad, a pesar de que en los primeros días de marzo rozaba el máximo y de que hace apenas cuatro semanas superaba el 50%. Tal día como hoy en 2020 la presa almacenaba el 75% de toda su capacidad, el triple de agua que en estos momentos.

La asociación que preside Javier Aguado, alcalde de San Cebrián de Castro, pone el acento en los efectos sobre el territorio y el hábitat, que se ven “degradados” por este rápido vaciado del embalse que producirá “perjuicios muy difíciles de reparar tanto desde un punto de vista paisajístico como económico”.

Los descensos de la cota del embalse que se han podido ver en los últimos días, de entre 50 y 60 centímetros diarios, “se traducirán en una pérdida de flora y de fauna , en un perjuicio económico para la zona al acabar al inicio de la temporada turística con las actividades de ocio que se llevan a cabo en el embalse, y en la falta de suministro de agua corriente en algunas de las poblaciones asentadas en los márgenes del embalse”, advierten desde la asociación de municipios.

En un comunicado emitido por esta agrupación reclaman a Iberdrola y a la Confederación Hidrográfica del Duero “que acometan un cambio urgente y racional en la gestión de esos recursos sin que primen solo los intereses económicos, algo que sufrimos los zamoranos desde hace ya décadas”.

La desertización de todo el territorio que rodea al embalse, en las comarcas de Tierra del Pan y Tierra de Alba, “genera una situación de extrema vulnerabilidad” y por eso la Asociación de Municipios Afectados por Presas y Embalses de Zamora reclama “un uso más equilibrado” en la gestión del agua y proponen, por ejemplo, una compensación de recursos hídricos entre embalses de la misma cuenca, y repartiendo la producción de energía entre las distintas centrales hidroeléctricas. Mientras que el embalse de Ricobayo se encuentra casi vacío la mayoría de las presas del Duero y sus afluentes conservan más del 70% de su capacidad, superando el 90% en algunos casos.

Por otro lado, la asociación valora que la eléctrica muestra “una doble moral” al realizar “grandes campañas de promoción ante el cambio climático, sin tener en cuenta que la sostenibilidad empieza desde abajo”.

Contactada por este diario, la empresa Iberdrola ha reiterado que los movimientos en el embalse de Ricobayo cumplen las condiciones recogidas en la concesión de la presa, y que la evolución de la cota del embalse depende de dos factores: por un lado la aportación de caudal del río Esla y por otro las necesidades de energía del mercado eléctrico. Además, recuerdan que no es la primera vez que el embalse de Ricobayo se sitúa al 25% de su capacidad, algo que ha ocurrido varias veces a lo largo de los últimos 20 años.

Por su parte, la asociación de municipios concluye reclamando que “de forma inmediata se haga una revisión de todas estas explotaciones y su adecuación a la nueva normativa vigente, considerando los efectos del cambio climático y la necesidad de garantizar la sostenibilidad y funcionalidad de los ecosistemas acuáticos y terrestres asociados a los embalses”.

Para ello proponen implementar un patrón estable en la gestión de los recursos hídricos que evite estos cambios bruscos que pueden tener efectos nocivos para el hábitat.