Corrales del Vino se convirtió ayer en epicentro de vacunación contra el COVID para 450 vecinos de entre 70 y 79 años residentes en las trece localidades englobadas dentro de esta amplia zona básica de salud, la única de la provincia junto a los centros de salud de la capital zamorana y Benavente que todavía no había inmunizado a las personas de esta franja de edad.

Todos los vecinos convocados habían recibido una llamada telefónica previa para ser citados a una hora determinada, lo que sumado a la buena organización del flujo de entrada y salida permitió que no se produjeran aglomeraciones. Nada que ver con las largas colas de coches y la concentración de personas registrada en la jornada de vacunación de los mayores de 80 años que se llevó a cabo en el consultorio médico de la localidad el pasado 9 de abril.

“Nosotros ofrecimos el pabellón deportivo desde el principio porque es el mejor sitio para organizar una vacunación de tanta gente”, destaca el alcalde de Corrales, Mario Castaño, satisfecho con la agilidad lograda ayer en administración de vacunas.

De hecho, la mayor parte de los vecinos citados llegaban antes de su hora acompañados por familiares que podían acercarlos hasta la propia puerta del pabellón. Allí eran llamados por la enfermera por su nombre y apellido y agrupados por su municipio de procedencia. Una vez en el interior, podían esperar sentados a ser inoculados con la vacuna y con posterioridad podían volver a hacer uso de las hileras de sillas de plástico dispuestas para esperar los 15 minutos de rigor en prevención de posibles reacciones. Una trabajadora del Ayuntamiento se encargaba de desinfectar cada silla después de su uso. Tras recibir la dosis y ser recogidos por sus familiares, los vehículos abandonaban el pabellón deportivo por la misma calle, pero habilitada en sentido único con la colaboración de agentes de la Guardia Civil y de la Policía Municipal propia del municipio.

Varios vecinos de la zona, en el momento de recibir la dosis. | J. L. Fernández

“Aquí se está vacunando prácticamente todo el mundo, si hay alguien que falla porque no puede acudir a la cita enseguida nos pregunta cuándo puede volver a ser citado”, explica Pilar Clavo, responsable del Servicio de Enfermería del propio consultorio de Corrales y ayer al frente de la coordinación de la jornada de vacunación. También subraya el interés de las personas citadas por saber la marca de la vacuna que iban a recibir, en este caso Pfizer. “Todos nos preguntan por lo mismo y por posibles efectos secundarios, pero la decisión es cada uno, nosotros no podemos intervenir en esa decisión”, puntualiza Clavo.

Entre las personas que acudieron ayer a su cita en Corrales se encontraba el matrimonio formado por Manuel Calvo y Encarnación Jurado, de 76 y 74 años y vecinos de Peleas de Abajo. Ninguno de los dos ocultaban sus ganas por ser vacunados, algo que “tenemos que hacerlo por el bien propio y el de los demás”, asegura Manuel, mientras que Encarnación destaca que “vacunarnos nos permite estar más tranquilos y poder estar con nuestros hijos y nietos como antes”.

La opinión de los vacunados

Por su lado, Miguel Alonso y Dámaso Bragado, ambos de Fuentespreadas, también animan a la gente a vacunarse “no hay que tener ninguna duda porque es la única forma de poder movernos y ver a la gente como antes, en definitiva, de recuperar la normalidad”, según destacan al unísono.

La lista de localidades convocadas a la jornada de vacunación que se celebró ayer en Corrales incluía, por orden alfabético, los siguientes núcleos de población: Cabañas de Sayago, Casaseca de Campeán, Corrales, Cubo del Vino, Cuelgamures, Fuentespreadas, Jambrina, Mayalde, Peleas de Abajo, Peñausende (excepto la localidad de Figueruela de Sayago que pertenece a la zona de salud de Sayago), El Piñero, Santa Clara de Avedillo y Villanueva de Campeán.

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