Una nueva incursión del oso provocó daños en un colmenar de Porto, donde causó daños en cinco colmenas de la explotación Apícola Portexa de José Antonio Bruña Pérez.

VÍDEO | El apicultor del colmenar atacado por el oso en Porto: "Ni alambres, ni alambras"

VÍDEO | El apicultor del colmenar atacado por el oso en Porto: "Ni alambres, ni alambras"

VÍDEO | El apicultor del colmenar atacado por el oso en Porto: "Ni alambres, ni alambras" Ana Arias

Los apicultores afectados y la asociación profesional Apis Durii reiteran la necesidad de apoyo de la Junta, que se convoquen las ayudas para la adquisición de pastores eléctricos y que se agilicen los pagos de daños además de asesorar a un colectivo que sufre la proliferación de ataques.

"El oso escaló “como un gato” el doble cercado"

José Antonio Bruña - Apicultor afectado por el ataque de oso en su colmenar

El oso “asaltó” literalmente un doble cercado de pared de piedra de un metro de altura, valla de 1,35 metros cerrada en la parte superior con 3 hilos de alambre de espino, localizado en el paraje de la Cárcova. Escaló “como un gato” en palabras de José Antonio Bruña, y más de dos veces para entrar y salir fuera del recinto para comer los panales. La lluvia borró las huelas del suelo pero dejó pelo y un carril pisado de entrada y salida, además de la propia valla de alambre tumbada.

Doble cercado que ha asaltado el oso en Porto.

El oso ya atacó en dos ocasiones este colmenar en junio de 2020

El aviso de un apicultor del vecino pueblo orensano de Valdín, el miércoles, tras recibir un asalto a las colmenas puso en alerta a Bruña, pero pese a cercar el colmenar no pudo evitar que a lo largo del fin de semana, el oso entrara entre el sábado y el domingo. “Es impresionante, no respeta vallas”. En este mismo colmenar entró el oso en junio del pasado año, en dos incursiones seguidas, provocando daños. En diciembre se produjo otro ataque de oso también a otro apicultor de la zona.

A los apicultores limítrofes de la Alta Sanabria con la zona de Valdín no les cabe ninguna duda que puede ser el mismo oso que entró en la zona el año pasado y “que estamos seguros que se ha quedado a hibernar aquí, en algún sitio inaccesible y donde no le molestan”.

Los apicultores están de acuerdo que “con el oso hay que convivir pero vemos que la Administración no hace bien las cosas. Este año no se han salido las ayudas para la compra de pastores eléctricos de batería solar, con varillas y con el hilo que es necesario”. Un equipo de considerable coste para las explotaciones que, como la de Bruña, quieren establecerse y dedicarse íntegramente a la actividad para combatir la despoblación y la España vaciada.

Los apicultores reclaman a la administración medidas y asesoramiento para tratar de minimizar los daños, ante la presencia del oso y “que no sabemos cómo tenemos que actuar ni qué medidas tenemos que adoptar porque yo creo que el pastor eléctrico no parece que sea una buena solución”.

“Yo no quiero que me paguen cinco colmenas quiero que me den cinco colmenas iguales a las que tenía"

José Antonio Bruña - Apicultor afectado

La destrucción colmenas supone no solo los daños propiamente materiales sino una significativa pérdida de producción. No es una cuestión de dinero sino de pérdidas “yo no quiero que me paguen cinco colmenas quiero que me den cinco colmenas iguales a las que tenía y en la producción a estas alturas de la primavera”.

Colmenas dañadas en el ataque de oso en Porto.

Por cada colmena, similar a las destruidas, “le saco dos núcleos jóvenes nuevos, que producirán unos 30 ó 40 kilos de miel”. El cuidado previo de los colmenares de prolonga durante meses “realizamos un tratamiento, los alimentamos y volvemos a hacer otro tratamiento en primavera”. 

El afectado lamenta el poco asesoramiento por parte de los responsables y los expertos en esta especie protegida, y señala otro problema “¿cómo tenemos que actuar si subimos un día y nos lo encontramos en el colmenar?”. En la zona donde está ubicada esta explotación “es una zona de paseo, donde todos los días te encuentras a gente pasando” y que tampoco sabrían actuar en caso de encuentro fortuito con el plantígrado.