Cryosanabria pide conciencia ambiental con las mascarillas en la naturaleza, “más aún cuando todo apunta a que el virus causante de la pandemia que estamos sufriendo, tiene un origen zoonótico, es decir, está relacionado con la interacción del ser humano con la naturaleza y en concreto con otras especies animales”.

La situación ha generado la utilización masiva de mascarillas por parte de la población, “que parece que durante este 2021 se van a seguir usando, siendo productos que, en muchos casos, no pueden ser reutilizados”. Por ello, desde el Proyecto Libera y Cryosanabria, se pide a la sociedad “responsabilidad absoluta ante este nuevo residuo para que acabe en la papelera de la calle o contenedor de resto de sus casas y no en el suelo de entornos urbanos, periurbanos, rurales o en la naturaleza (especialmente en las montañas), ya que podría convertirse en una nueva tipología de basuraleza y generar un gran impacto contaminando los espacios naturales”. De hecho, apuntan, en algunas playas, han aparecido este tipo de residuos.

Nunca al amarillo

“En las actuales circunstancias debemos insistir en un mensaje muy claro: las mascarillas y demás material de protección deben ir siempre al contenedor gris, nunca al amarillo. Igual que la basura que se genere en una casa con algún miembro contagiado: siempre al gris. Y en el resto de hogares, seguir reciclando”, apunta Sara Güemes, del Proyecto Libera.

Desde Libera y Cryosanabria se insiste en la necesidad de “reflexionar” sobre la relación del ser humano con la naturaleza, “ya que todo apunta a que esta pandemia ha sido originada por el desequilibrio natural provocado por la humanidad. La naturaleza tiene sus herramientas para controlar estas epidemias. Un ecosistema rico en biodiversidad también lo es en variabilidad genética y es esta variabilidad la que hace de escudo. Cuanto más deteriorada se encuentre la biodiversidad de un espacio natural más facilidad tendrán los virus de expandirse”.