El 40 % de los españoles salían a otros países en verano para pasar sus vacaciones, una tendencia que se ha cortado de raíz por la pandemia de COVID-19. Esa situación ha obligado a replantearse los destinos turísticos y preferentemente destinos interiores. Anselmo Renilla que gestiona uno de los alojamientos rurales de la Carballeda, Cabañas Vallecino, hace referencia a ese dato y el cambio de destino hacia el turismo medioambiental.

Renilla, conocedor del sector turístico, confirma que el mes de julio cierra con buenos resultados y prácticamente lleno. Las expectativas para el mes de agosto también van encaminadas al completo, aunque “ha habido alguna anulación por los rebrotes” sobre todo de clientes de más edad.

Los principales clientes son “familias con niños y con perros” que buscan cierto aislamiento en medio de un entorno natural. El motivo es “cierto miedo” y entornos como este hacen unas vacaciones bastantes aislados con el río Negro a escasos metros. También se constata una mayor duración de las estancias de entre 10 y 15 días cuando hasta ahora “estaba de moda una estancia corta de un par de días”. Esta tendencia se mantiene hasta primeros de septiembre.

Para los negocios hay un esfuerzo adicional para cumplir con todas las medidas higiénico sanitarias en las instalaciones, así a la limpieza que se hacía habitualmente se duplica el tiempo y se desinfecta el interior y hasta las llaves se recogen precintadas. La desinfección es diaria en el parque infantil que hay instalado en el interior de recinto de recreo. El complejo cuenta con cuatro cabañas, tres de ellas para 6 personas y 1 de 4 plazas.

El entorno del Lago de Sanabria es otro de los destinos elegidos para el verano. La empresa Sanabria Turismo Rural gestiona un complejo de casas unifamiliares en El Puente de Sanabria, con todo lleno para el mes de agosto. Predominan los grupos familiares con niños y mascota “buscando la tranquilidad y estar separados como en un pequeño bunker”, como señala la gerencia.

Un alojamiento rural en Sanabria. A. S.

Las excursiones más buscadas son aquellas menos concurridas “donde se crucen con pocas personas”, constata la empresa. Si van al Lago “no van a las playas, van a lugares menos concurridos”. Las salidas por el pueblo son a hacer las compras y poco más. Como en el caso de Manzanal de los Infantes, se constata estancias más largas, de al menos cinco noches “porque vienen muy quemados de haber estado confinados en la ciudad”.

En cuanto a la procedencia son principalmente de Madrid y de Castilla y León (Zamora y Salamanca) y excepcionalmente hay turismo extranjero, de alguna familia holandesa con niños.

Las empresas han tenido que hacer mayor esfuerzo económico y de trabajo para garantizar las desinfecciones de los alojamientos, alrededor de unos 600 euros más. En este caso entre ocupación y ocupación trascurre un día tras aplicar ozono y ventilar, y luz ultravioleta. Cualquier necesidad adicional al hidrogel y las mascarillas suelen pedirlo.