Las ocho de la tarde es el santo y seña para los músicos y amantes de la música tradicional, para salir a los balcones de sus casas y disfrutar de la libertad de las notas musicales. A las ocho de la tarde se hermanaron por casualidad, gaiteros de Sanabria, como Manuel Requejo, de Puebla, con uno de los grandes maestros, Modesto Espada, desde Sevilla. Mientras en Puebla sonaba el "Mandil de Carolina", en una propuesta conjunta de gaiteros, tamborileros y pandereteros para interpretar esta pieza. A 640 kilómetros, la gaita sanabresa del reconocido gaitero de Pedrazales, tocaba el himno de Andalucía desde el balcón de su casa en la capital hispalense.