El Consejo Regulador de la IGP Lenteja de Tierra de Campos demanda reconocimiento social y medidas como el control de las ventas a granel, una mayor claridad y exigencia en los etiquetados o destinar ayudas específicas a la producción de estos cultivos fueron las principales demandas, que los representantes políticos se comprometieron a abordar y apoyar.

Así se acordó tras juna reunión en Mayorga, se reunió a diputados nacionales del PP y el PSOE para abordar los problemas que sufre esta legumbre y solicitarles su ayuda e influencias para intentar darles solución. José Andrés García Moro, presidente de la IPG Lenteja de Tierra de Campos, hizo llegar a los representantes políticos que "una de las luchas que tenemos es que la sociedad llegue a identificar las IGP con calidad, lo mismo que han conseguido las Denominaciones de Origen (DO). Y ahí tenemos que trabajar entre todos".

La IGP (Indicación Geográfica Protegida) es un marchamo de calidad vinculado a un territorio otorgado por la Unión Europea que exige unos estrictos controles para que los productos puedan llevar el sello. Pero siendo así, de una manera muy similar a lo que sucede con las DO, el consumidor aún no es capaz de identificarlo. "Y tenemos que conseguirlo. Que cuando una persona vaya al supermercado y vea el sello IGP en un envase, sea de la zona que sea, sepa que es una garantía de calidad y que, además, se trata de un producto tradicional ligado a la tierra, que asienta población y crea riqueza en el medio rural".

Gran peso a nivel nacional

La IGP Lenteja de Tierra de Campos ampara a esta legumbre producida en territorios de las provincias de Valladolid, Palencia, León y Zamora. La mayor parte de su producción está en la provincia de Valladolid, mientras que las envasadoras están principalmente en León.

Otro de los problemas existentes en la actualidad es la proliferación de las ventas a granel que el consumidor identifica con calidad, cuando en realidad apenas existe control sobre los mismos. "Pones un legumbre en un saco de cuerda y todo el mundo piensa que es buena, cuando no es cierto. Desde las administraciones se debería tener unos controles más estrictos sobre ello porque hay muchos fraudes", dijo el presidente de la IGP Lenteja de Tierra de Campos.

A ello se viene a sumar el incremento de las marcas blancas y los precocinados. Las grandes cadenas de alimentación están apostando por fomentar sus propias marcas dejando de lado los sellos de calidad (DO o IGP) lo que supone una mayor inseguridad para el consumidor ya que existen etiquetajes que inducen a al error y confunden al consumidor que no es capaz de saber si el producto que compra es nacional o importado o si tiene una garantía de calidad. "Si lográramos que el consumidor buscase el sello de IGP como garantía de calidad, tendríamos mucho camino recorrido", argumentó García Moro.