El caso de presuntos malos tratos y vejaciones en la Residencia municipal de Montamarta "no es aislado". Más bien "la gota que colma el vaso" de una situación que "desde hace tiempo se viene detectando y que afecta a otros centros en Castilla y León". ´Sin precisar más detalles, desde Comisiones Obreras se admite haber recibido información sobre alguna residencia de la provincia.

Así lo denuncia la Federación de Sanidad y sectores sociosanitarios de CC OO, cuya secretaria general de Castilla y León, Rosa Arribas, instaba ayer a la Gerencia Regional de Servicios Sociales de la Junta a realizar "una inspección general" en las residencias de ancianos de la región, obligando a que se ponga en marcha el "protocolo de actuación" establecido cuando se producen sospechas o denuncias de malos tratos. Aunque acto seguido evidenció la falta de personal para este cometido, con "tan solo cuatro o cinco inspectores para toda la región".

Sobre el caso concreto de la Residencia de Montamarta, Arribas defendió la actuación de las tres trabajadoras que han denunciado los hechos, descargando la responsabilidad en la directora y "aún mayor" en los responsables del Ayuntamiento, "que deberían de haber vigilado y actuado desde el momento que tuvieron conocimiento de lo que pasaba, en lugar de esconder".

La secretaria general de la Federación de Sanidad de CC OO rechaza que se sitúe en el punto de mira a estas trabajadoras por presunta omisión de socorro en irregularidades que se producen desde hace tres años. "No voy a entrar en la oportunidad política, pero lo cierto es que han existido y los audios evidencian que algo pasa. Las trabajadoras han estado asistiendo a episodios indignos, situaciones vergonzosas con ancianos y han ido informando a la directora oralmente; lógicamente al principio hay una contención para que no salga a la luz ni a oídos de las familias, pero los responsables han hecho oídos sordos".

Rosa Arribas confirmó la existencia de anotaciones en los libros de incidencias de la Residencia, pruebas que ya estarían en manos de la Guardia Civil, así como quejas de las familias que se subsanaban "con una llamada de la directora a la auxiliar para que pidiera disculpas a los familiares". En contra de lo que manifestó el Ayuntamiento de Montamarta de que se apartaría cautelarmente a las dos auxiliares denunciadas, Arribes confirmó que "una está de baja y la otra sigue trabajando".

La responsable regional de Sanidad de CC OO, que compareció en rueda de prensa con otras compañeras del sindicato, alertó también sobre las "persecuciones y presiones" que están sufriendo las trabajadoras que revelaron los presuntos malos tratos y vejaciones, "con todo lo que supone denunciar y conseguir pruebas". Y reveló el "silencio por miedo" de otras auxiliares del centro geriátrico de Montamarta "que no hablan por temor a las consecuencias".

La responsable sindical incidió también en la situación que padecen los profesionales del sector de dependencia, "con una carga física y psicológica tremenda, y falta de formación" en un colectivo principalmente femenino desempeñando un trabajo "nada prestigiado".