Reconocido como uno de los pasos de aves migratorias más importantes de España, no es extraño que la Reserva de las Lagunas de Villafáfila reciba de vez en cuando especies raras, como es el caso de la barnacla cariblanca, que acaba de llegar, o un ánsar piquicorto y un tarro canela, poco frecuentes en esta latitudes. Son especies que van apareciendo y desapareciendo, que están un periodo corto (8 ó 10 días) y generan un movimiento de especialistas que se pueden desplazarse cientos de kilómetros para su observación. "Se está produciendo un turismo creciente de que viene buscando rarezas, no cualquier pájaro" certifica el director de la Reserva. También es frecuente la presencia de ornitólogos de todo el mundo, investigadores o fotógrafos especializados. Entre las peticiones singulares destaca la de una conocida marca de coches para grabar un anuncio.