Una veintena de pueblos de Zamora, incluso la capital, han hecho sonar las campanas entre las once y las once y media. El motivo es más que curioso: en la I Guerra Mundial "muchas campanas fueron fundidas para fabricar armas", cuenta la Asociación de Campaneros de Zamora. Sus miembros se han distribuido por toda la provincia para subir a los campanarios y golpear los pesados badajos contra las campanas, valioso patrimonio de las parroquias.

En estos vídeos puedes ver cómo se tocaron las campanas en Monfarracinos y Cerecinos del Carrizal.