La supresión del viejo cementerio de Formariz -que cuenta con un nuevo camposanto- en un espacio verde o enlosado es una cuestión candente y que está más que presente en el ambiente social de la localidad. Quien lo desee podrá trasladar los posibles restos de los difuntos al nuevo cementerio.

Esta reconversión es un asunto tan ligado a los sentimientos que fue sometido al voto de los vecinos del pueblo y el resultado fue favorable, por poco, al cambio urbanístico. Solamente "diez o una docena de votos" se impusieron a los partidarios de mantener el cementerio existente en medio del pueblo y junto a la iglesia. Pero los residentes destacan "el carácter democrático" de afrontar una actuación que tiene que ver con un escenario tan lleno de recuerdos imborrables como el cementerio.

Esta actuación urbanística es una empresa deseada en una localidad que destaca por su constante modernización de calles, plazas y también inmuebles privados. No obstante, parece una misión complicada porque ya lleva tiempo rondando la idea y todavía está pendiente de conseguirse los vistos buenos del Obispado de Zamora, que ya es conocedor de las pretensiones imperantes por los escritos remitidos.

De momento, se cuenta con el respaldo mayoritario de quienes se expresaron en una reunión organizada en las escuelas, en verano, cuando la localidad cuenta con el mayor número de personas. Los asistentes expresaron su parecer en un documento diseñado al efecto, y no a mano alzada, para así respetar la confidencialidad y secreto de los votantes. Empero, hubo oportunidad de expresar de viva voz los pareceres y quienes lo hicieron, partidarios del no, según las fuentes, aludieron "a razones sentimentales" porque familiares y antepasados fueron sepultados en este .

El viejo camposanto es un escenario aledaño a la iglesia parroquial de Santa Colomba, que ya fue objeto del cambio de la espadaña, y desde hace unos 17 años no ha registrado ningún enterramiento al llevarse a cabo en el nuevo cementerio construido en las afueras, en dirección a Palazuelo.

Fuentes locales indican que en dicha reunión se trataron aspectos sobre las posibles remodelaciones del cementerio, que, aunque convertido en espacio verde o enlosado, no deja de mantener enterrados a los muertos habidos en él. Se aludió a instalar una cruz en una plataforma en recuerdo de los difuntos. Actualmente, el viejo camposanto es atendido con todas las bendiciones y las sepulturas ofrecen un aspecto cuidado y limpio. Fuentes locales afirman, respecto a la urbanización, que ya en los últimos enterramientos se daban problemas por las pequeñas dimensiones del lugar, y que obligaban a abrir sepulturas sobre otras bastante recientes.

El nuevo cementerio tampoco comenzó con buen pie y no faltaron las quejas por las inundaciones de las sepulturas cuando se iba a proceder al colocar los féretros. Este problema fue corregido con las debidas obras de saneamiento.

El destino del viejo cementerio está en boca de todos los formaricenses y en los proyectos de la modernización urbanística.