La aprobación de una ordenanza para regular el tránsito de animales por la vía pública en Faramontanos de Tábara llevó a cuatro ganaderos de la localidad a plantearse un encierro en el Ayuntamiento al finalizar el pleno extraordinario celebrado ayer, aunque finalmente la presencia de la Guardia Civil les disuadió de hacerlo y, al cierre de las dependencias municipales a las dos del mediodía, decidieron trasladar su protesta a la calle.

El punto de discordia dentro de la normativa es el que considera como vía interurbana el Camino del Puente, que circunvala la zona sur del pueblo y en algunos puntos roza el casco urbano. El motivo es que el cambio de estatus de la vía, hasta ahora agrícola, impedirá que el ganado discurra por la misma para entrar o salir de las naves, teniendo que dar un rodeo para sortear el arroyo que discurre paralelo al camino. Incumplir la normativa puede acarrear sanciones de hasta 6.000 euros.

La ordenanza fue aprobada por los concejales del Partido Popular en el mes de noviembre, y ayer se volvía a debatir en un pleno extraordinario solicitado por el Partido Socialista, que no logró que el equipo de gobierno modificara la redacción de la norma municipal. La sesión se desarrolló en un ambiente muy tenso, con la presencia de los cuatro ganaderos afectados.

La alcaldesa de Faramontanos, Amaranta Ratón, explica a este diario que su Gobierno ha redactado la ordenanza atendiendo a las peticiones de decenas de vecinos que han trasladado al Ayuntamiento sus quejas "por los excrementos que dejan los rebaños de ovejas a su paso" en parte del casco urbano y en este Camino del Puente, que forma parte de la ruta habitual de paseo en Faramontanos. "Aquí conocemos este camino como "la ruta del colesterol", recuerda Ratón. La regidora asegura que en las dos reuniones que mantuvo con los ganaderos días antes del pleno estos "se negaron" a comprometerse a limpiar los excrementos de los animales, "algo que deben de realizar ellos, no porque se lo pide el Ayuntamiento, sino porque es una de las medidas correctivas que exige la Junta de Castilla y León a los ganaderos para que el ganado circule por esas vías".

Además de por la suciedad, los vecinos se han quejado al Ayuntamiento, señala la alcaldesa, de la presencia de mastines sueltos en la citada "ruta del colesterol" que bordea el casco urbano. Todo ello llevó al Gobierno Local a regular el tránsito pecuario, si bien se comprometieron con los ganaderos a construir un nuevo puente sobre el arroyo para evitar el rodeo hacia las zonas de pasto.

La alcaldesa también asegura haber recibido insultos por parte del público en la sesión extraordinaria de ayer y amenazas por parte de la esposa de uno de los ganaderos, que dijo que "corre peligro tu integridad".