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El 1969 creó cinco guarderías de verano y en 1970, el Colegio Rural Agrícola y Ganadero

El paso de Marcelino Gutiérrez por Aliste, aparte de su misión religiosa, ni muchos menos ha sido baldía. Muestra de ello fue la puesta en marcha en 1970, gracias en parte a su tesón, del Colegio Rural de Mahíde, buscando la formación de los adolescentes alistanos cuando con 14 años terminaban la Educación General Básica. Contaba con dos ramas formativas, la "Agrícola" y la "Ganadera" y se impartían hasta tres cursos por año que venían albergando a alrededor de 15 alumnos. Una labor que se mantuvo durante nueve años. Las prácticas las realizaban en el "Alto el Sestil" sobre unos circuitos y garajes que se improvisaban para realizar las maniobras con los viejos tractores: los ya clásicos Ebro Súper 55 y Jhon Deere. El centro desapareció en 1979 al crear el Estado la Formación Profesional Agrícola tras pasar por el más de mil alumnos.

Fue don Marcelino un hombre y un cura adelantado a su tiempo. En 1984 se convertía en el "Cura Constructor" dedicándose a la restauración de ermitas e iglesias , creando empleo: dando trabajo a una media de cinco alistanos. A partir de 1997 creaba su propia empresa de construcción, -siguió funcionando muchos años-, con alrededor de 8 empleados.

En 1977 construyó un altar de piedra en la ribera del río Aliste y allí recibieron la Comunión los niños y niñas varias primaveras, aconsejados por Marcelino, con trajes sencillos y comidas conjuntas. Fue uno de los fundadores de la Asociación para el Desarrollo Comunitario de Aliste y en el verano de 1969, viendo que los padres y madres en verano andaban atareados con la siega y trilla, promovió las primeras guarderías en Sejas, Mahíde, San Cristóbal, Gallegos del campo, Figueruela de Arriba. Seis años donde los curas cuidaban de los niños de 3 a 10 años.

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