Los cultivos alternativos, como el almendro y el pistacho, tienen unas perspectivas "inmejorables", según expusieron ayer especialistas e investigadores participantes en la I Jornada organizada por empresas del sector agropecuario y que fueron seguidas con interés por unos 300 agricultores procedentes de gran número de provincias del país.

El técnico del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León, Hugo Martín Gutiérrez, cimentó este esperanzador futuro del almendro y del pistacho en que "el sector vitivinícola está muy asentado, pero, salvo excepciones, no va más; en que los cultivos extensivos tienen una rentabilidad cuestionable, en el cambio climático y en la política europea que, en tema de subvenciones, ahora hace vivir el cultivo extensivo". "La perspectiva es el fruto seco, como almendras, pistachos, anacardos, avellanos y algo de nueces" manifestó. "En los últimos diez años el aumento ha sido continuado y la expectativa es a largo plazo. En los años 90 se consumía la mitad de los que se producía y ahora está igualado al consumo a la producción" expresó. En cuanto a la almendra, el técnico indicó que "a un precio por encima de tres euros hablamos de un cultivo rentable en comparación con el cereal", y en lo tocante al pistacho, precisó, "es un cultivo estable en el precio". Hizo hincapié en la importancia del agua, reconociendo que "es una realidad que cada vez va a menos, y muchas de las variedades van por el cultivo en secano pensando en el déficit de agua que habría en los años venideros".

La jornada fue presentada por el director de la UNED Juan Andrés Blanco, en cuyo centro tuvieron lugar las ponencias, que reparó en la emigración habida en la provincia de Zamora y destacó el compromiso de la UNED con apoyar todas las inquietudes que puedan impulsar "el desarrollo económico".

Fue una jornada centrada en dejar clara la importancia de elegir la ubicación de las plantaciones en pagos y suelos apropiados, con variedades adecuadas que salven el golpe de las heladas que terminan por arruinar muchas cosechas, y por aplicar las técnicas y medios efectivos.

Martín Gutiérrez hizo alusión a las plantaciones tradicionales de almendro, Arribes del Duero zamorano-salmantinos, y zona del Ágreda (Soria). "Cultivos de hace más de 50 años, con necesidad de reconversión, con una orografía donde se hace difícil el cultivo intensivo. Normalmente no son cultivos monoespecíficas y van asociadas al viñedo o al olivar, y la tecnología es mínima, basada en la experiencia de quienes las han llevado, y la mecanización cero. El rendimiento es mínimo, de unos 80 o 100 kilos por hectáreas. Es más un cultivo romántico. Son cultivos muy extensivos, donde practicamente no se poda, no se abona y se deja a la naturaleza que siga su biorritmo" afirmó.

Reparó en la climatología y subrayó que "el riego será una constante y será cada vez más excepcional, y el manejo en secano será hará imprescindible". "A todo el mundo le gustaría una plantación preciosa en regadío", dijo, pero aludió a la existencia de restricciones en el uso del agua. "Hay que tener la expectativa de ir pensando en que la mayoría de los cultivos irán en secano".

El profesor e investigador de variedades genéticas de frutales del Centro de Adafología y Biología Aplicada del Segura, adscrito al Centro Superior de Investigaciones Científicas, Federico Dicenta, señaló que en España "el déficit de la oferta respecto a la demanda, en almendra, es de unas 200.000 toneladas". "No tengan miedo en producir mucha almendra, que toda la que produzcan la podrán vender" expresó. Recalcó la importancia de escoger la variedad más apropiada.

"No se pueden equivocar a la hora de elegir el material vegetal, no todas son buenas ni aptas". Incidió en que "el almendro resiste mucho la helada cuando está dormido, pero en floración las bajas temperaturas pueden ser letales" y, en su criterio, la variedad Penta "con una época de floración extra-tardía y un rendimiento neto del 30%" es la más indicada. Para Zamora recomendó "variedades de floración lo más tardía posible, siempre que sean variedades productivas". Puso especial relieve en destacar la elección de variedades "autocompatibles", que no precisan de otras influencias porque "su propio polen llega a la superficie y el agricultor tendrá almendras quieran no quieran".

La jornada, organizada por Mirat, Tradecorp y Agromillora, contó también con las ponencias de Mariano Pérez, que trató la fertilización, de Julián Guerrero que abundó en el portainjerto y la variedad, y Xavier Rius que trató sobre el almendro en seto. "La genética en agricultura permite hacer nuevas plantaciones en sitio impensables, y las nuevas variedades y los portainjertos permiten hacer plantaciones en seco" señaló.

Los asistentes visitaron por la tarde una plantación de almendro de alta densidad en Moraleja del Vino.