Portuguesas dedicadas al contrabando de café "Palmeira" fueron parte viva y activa de la vida transfronteriza cruzando valles y montañas bajo la sombra de la noche y la complicidad de las jaras y las urces. Ellas fueron las primeras en traer a Aliste la historia de las apariciones de la Virgen a los pastores de Fátima, en sus memorias y en las coplas de ciego ocultas entre los rojos paquetes del café torrefacto de Portalegre. La devoción a Fatima fue parte del contrabando.