"Saber envejecer es la obra maestra de la vida. 105 años, con cariño de tus vecinos de Salce". Era el mensaje que reflejaba la placa con la que los ciudadanos de esta pequeña localidad de Sayago homenajeaban a la centenaria Matilde García a través de su alcalde Rubén Gómez, y la corporación municipal que se acercaban a Villaralbo para hacerle entrega del regalo.

Y es que era el 17 de marzo cuando Matilde cumplía los 105 años en la residencia de Villaralbo, acompañada de su hija Matilde Moralejo García, los residentes y trabajadores del geriátrico.. ¿Y cuál es el secreto de la longevidad? "Disfrutar de la amistad, la convivencia. Le encanta estar acompañada por gente" explicaba la pariente más cercana, su hija única, en una jornada de sábado, en la que volvía a celebrar la vida, sus orígenes y su trayectoria.

Hija de maestra

Matilde García Elvira nació en 1911, de manera accidental en Villarino de los Aires, ya que su madre ejercía de maestra en dicho pueblo. Posteriormente, se trasladó a Salce, cuando tenía 6 años, y allí ha permanecido hasta 2013, cuando los huesos le fallaron, y una caída en el pasillo de su casa le provocó una fractura de fémur. Desde entonces, hace ahora tres años, vive en una residencia en Villaralbo, acompañada la mayor parte del día por su única hija.

"Pórtate bien con todo el mundo" le recomendaba la anciana al máximo mandatario municipal, quien acudía acompañado de Jorge Segurado, Luis García y Ángel González a felicitar a la vecina más veterana y entrañable del pueblo.

El censo del INE de 2015 recoge el doble de personas que superaban los 100 años que en el año 2000. En España existen 14.290 personas que han superado los cien años, y poco a poco, cada vez es menos extraño en provincias como Zamora, Soria u Orense que aparecen en los primeros puestos de población centenaria.

Buena memoria

Lúcida y con buena memoria, Matilde mostraba ayer su enfado por no poder expresar todo lo que pensaba por problemas bucales, pero se le veía atenta y emocionada al reconocer a sus vecinos, que como ella, seguro que han disfrutado de las fiestas, de la convivencia y de los cánticos que a ritmo de flauta y tamboril se oían por ejemplo la víspera de Reyes en Salce cuando se pedía el aguinaldo: "canta compañera, canta, que ya le veo venir, con el candil en la mano y el chorizo en el mandil...".