"¡Que vivan las águedas¡. !Y que vivan¡". Así de entusiastas y alegres comenzaban la fiesta ayer decenas de mujeres del mundo rural, vestidas primorosamente a la usanza tradicional, con manteos, camisas de lino, faltriqueras, gabachas, mandiles y medias de algodón en la mayoría de los casos, pero también engalanadas con reproducciones de trajes de época y mantones de Manila con los que se adornaban las mujeres de Villaralbo del Vino. "En esta localidad, al estar tan cerca de la ciudad hemos rastreado mucho la historia de la vestimenta que había y en ninguna ilustración se ha encontrado el traje del folclore zamorano como se conoce", explicaba Montse Montalvo, buena conocedora de la cultura popular tradicional.

Era en la plaza de este pueblo donde se congregaban las villaralbinas esperando a las mayordomas Raquel y Pepi. Cerca de 22 damas que ayer estaban dispuestas a "cambiar esta ley de solo las casadas para que entre savia nueva". Y es que al coincidir en día laborable, las bajas y las defunciones, el censo de aguederas ha descendido en prácticamente todos los pueblos.

En Moraleja del Vino concretamente, hasta doce personas menos, contaban las seis mayordomas que ayer oficiaban como responsables de una fiesta exclusivamente femenina que comenzaban el día pidiendo a la alcaldesa, Eva Calvo, el bastón de mando, una vara que la máxima responsable municipal entregaba a Mari, una de las mayordomas veteranas y en presencia del resto: Ángela, Sandra, Beatriz, Ana Belén y Mari Carmen. Fuera, a las puertas del Ayuntamiento, compañeras suyas se entretenían bailando jotas y pasodobles al son de la dulzaina y el tamboril poco antes de la misa y la procesión a las que seguían la comida de hermandad, los bailes y el chocolate con churros. Para hoy las aguederas de Moraleja volverán a tomar la calle para pedir la miaja, que se compone de frutos secos, caramelos y chupitos de diferentes sabores.

Santa Águeda era también festejada por todo lo alto en Morales del Vino, que era el primero en sacar a la santa a la calle en un corto recorrido alrededor de la iglesia. Durante el día de ayer las moralinas animaron el ambiente con su gracia, salero y picardía, ofreciendo la miaja, castañas cocidas en anises, a quien aportaba su óbolo.

Villabuena del Puente, en la comarca de La Guareña, también honró a Santa Águeda.