La niebla y el hielo marcaron ayer la celebración del Zangarrón del día de Reyes en Montamarta.

Desde la madrugada las nubes cerraban las calles y las aceras se convirtieron en pistas de patinaje que hicieron que Raúl Lanseros Pérez diera dos veces con su cuerpo en el suelo al emprender las carreras. A pesar de la aparatosidad del lance el Zangarrón tan solo se vio afectado en su vestimenta que se rompió y tuvo que ser de nuevo cosida.

Raúl Lanseros cumplió con la tradición y durante toda la mañana, soportando temperaturas muy bajas, recorrió la localidad pidiendo el aguinaldo entre sus vecinos.

Este pintoresco personaje, que ha cambiado para esta ocasión la careta de corcho pintada de rojo y su traje confeccionado con una colcha y toallas, llenó la mañana con el ruido de sus cencerros. Como ya ocurriera el día de Año Nuevo, Raúl Lanseros tuvo que acceder a la ermita por la carretera N-630 añadiendo la niebla más peligrosidad a su recorrido.

A su llegada al teso las carreras detrás de los jóvenes fueron la tónica predominante y el castigo con el tridente, obligatorio para los que caían en sus manos, ante el júbilo de las numerosas personas que cada año se acercan a la ermita para contemplar y disfrutar de su llegada.

Éxito con el tridente

El punto culminante se centró en la misa celebrada en la ermita de Nuestra Señora del Castillo, situada en un alto de las afueras del pueblo, junto a las aguas del embalse de Ricobayo. Allí el Zangarrón tuvo unos minutos de respiro antes de entrar en el templo para traspasar con éxito con el nuevo tridente los tres panes situados en el altar mayor. Con una ermita totalmente abarrotada, el párroco de la localidad Matías Pérez Diego, al dirigirse a los fieles dio las gracias por la colaboración vecinal en la organización de los diferentes actos.

A la salida, más carreras detrás de los mozos que lo citaban hasta llegar cerca del mediodía al pueblo donde finaliza su mandato.

El Zangarrón de Montamarta es una de las principales mascaradas de invierno de la provincia de Zamora, que pretende lograr el reconocimiento regional desde hace unos años. Según explicó José Ramón Pérez "estamos esperando a un trámite municipal que se tiene que llevar a cabo con el consenso del Pleno. Una vez lo tengamos presentaremos toda la documentación y los expediente ante la Junta de Castilla y León para lograr el reconocimiento".