Alcaldes, vecinos y ganaderos han mostrado su total apoyo al Ayuntamiento de Figueruela de Arriba y "aún considerando que el uso o no de las casetas pudiera ser discutida y discutible, en ningún caso se comparte la manera de destruirlas". Las atalayas utilizadas presuntamente para la caza de lobos ibéricos en la zona destruidas el 28 de diciembre por miembros de "Lobo Marley" estaban situadas en el término de Figueruela de Abajo, dentro del coto de caza mayor, no en Moldones como señaló al día siguiente a este periódico Luis Miguel Domínguez Mencía. "Nos extraño la noticia que decía que se ubicaban aquí. No teníamos constancia. En Moldones no estaban" confirma el propio alcalde del pueblo, Mariano Manjón.

Figueruela de Abajo es un pueblo pequeño y acogedor que en los últimos años ha logrado sobrevivir en lo que respecta al disponer de varias de sus infraestructuras y servicios gracias a los fondos generados por la caza mayor. Con ese dinero se adquirió y acondicionó una vivienda que luego fue habilitada con centro social y cultural para disfrute de todos los vecinos. Figueruela llegó a contar con su mayor esplendor poblacional en 1910 en que llegó a a sumar 422 residentes. Mientras en la posguerra la mayoría de los pueblos alistanos vivió un incremento poblacional, Figueruela de Abajo siempre fue a la baja y allá por 1950 ya había descendido a 356 en 1960 a 324. El éxodo rural de los sesenta y setenta le asestó un duro golpe hasta dejarlo con solamente 179 vecinos para finalizar el siglo XX con un centenar. En la actualidad cuenta con solo 89 empadronados.