-¿Cómo surgió su conexión e interés por la sierra de La Cabrera zamorano-leonesa y qué motivaciones que le han llevado a defender el ecosistema y el patrimonio de la zona?

-Surgió hace más de 18 años a través de un grupo de amigos, entusiastas de la naturaleza, que nos desplazábamos desde Alicante para intentar ver al lobo. "Los lobos de Morla", libro escrito por José Antonio Valverde, prestigioso naturalista, y por Salvador Teruelo, pastor de Morla de la Valdería, nos sirvió como guía para descubrir los lugares donde esta especie tan fascinante tenía su refugio? poco a poco nos fuimos enamorando de la Cabrera, de su historia, de su paisaje, de su arquitectura y de sus impresionantes valores naturales.

-La aparición del oso en los montes de Muelas de los Caballeros y otros puntos de La Cabrera, y más todavía la confirmación de su residencia, han despertado el interés de habitantes, científicos y administraciones. ¿Qué supone contar con el plantígrado entre la fauna del lugar?

-Desde un punto de vista científico, significa recuperar a una especie que desapareció de la zona hace más de cien años y que junto a lobo son la máxima expresión de la naturaleza de esta zona, siendo ambas, especies abanderadas de la conservación. Desde un punto de vista económico, si se sabe aprovechar la ocasión puede significar un acicate para fomentar el turismo de naturaleza orientado a la observación de la especie. Al igual que sucede con el lobo, miles de turistas estarían dispuestos a pagar sustanciosas cantidades de dinero por observar a esta especie en su hábitat y ello generaría puestos de trabajo directos (guías, naturalistas, etc.) como indirectos (hoteles rurales, gastronomía local, etc.), especialmente en los habitantes de la Cabrera. También la posibilidad de obtener fondos europeos (Life, Feder, Feader, etc..) para la mejora de hábitat y la creación de servicios vinculadas a la conservación de la especie. Desde un punto de vista más emotivo, generar felicidad por haber recuperado una especie, devolverle su dignidad y sentirse orgullosos de ello.

- ¿Cómo está el ecosistema actual? ¿Requiere actuaciones urgentes?

-Existen lugares de una belleza extraordinaria, pero desgraciadamente, miles de hectáreas han sido transformadas durante décadas con un fin exclusivamente productivista menospreciando sus valores ecológicos. El monocultivo intensivo de pinar ha destruido miles de hectáreas de pastizales de alta montaña y brezales de alto valor ecológico creando alineaciones geométricas de bosques imaginarios, erosionando el paisaje, incrementando notablemente el riesgo de incendios, y llenando los bolsillos de personas con escasa sensibilidad hacia estos paisajes y que viven muy lejos de la Cabrera. Las leyes han cambiado y ahora, desde Europa, se incentiva el beneficio medioambiental que generen estas actividades forestales, recuperando la vegetación original: especies como el arraclán, el serbal de los cazadores, las masas boscosas de robledal, castaños, manzanos, cerezos, etc..

-Se trata de una especie que no llega ni mucho menos al grado de daño ganadero del lobo, ni exige los desvelos del cánido para evitar los perjuicios, pero tampoco está libre de pecado. ¿Qué soluciones existen para armonizar las actividades locales y el oso?

-Estamos en la Unión Europea para exigir derechos pero también para cumplir obligaciones. Somos el país con mayor biodiversidad de Europa y ésta nos exige como obligación la conservación de esa biodiversidad, además, con dotaciones económicas que se canalizaran a través de los distintos fondos creados para ello: los planes de gestión de la Red Natura 2000, los Planes de Desarrollo Rural (PDR) de la PAC y otros fondos. Siento vergüenza como español cuando leo en prensa los cupos y autorizaciones para matar lobos cuando cada vez está más acreditado que vale más el lobo vivo que el lobo muerto. En Riaño, en la Culebra, en Somiedo y en Andújar y otros muchísimos lugares existen empresas y toda una infraestructura creada para recibir turistas dispuestos a pagar para observar estas especies, y por otro lado, se justifica su eliminación por argumentos científicamente no contrastados. Además, el lobo como superdepredador de estos ecosistemas cumple una función ecológica de primer orden al seleccionar positivamente a las especies presa. Redundando esto en el beneficio y regulando el equilibrio ecológico. La fórmula es el dialogo, la aplicación de las Directivas Europeas y la voluntad política suficiente para crear sinergias entre todos los actores vinculados al medio rural del lobo y del oso. Somiedo es un claro ejemplo de ello.

-¿Qué aportaciones o revulsivos pueden derivarse de la presencia del oso en los montes de la zona?

-Las administraciones, especialmente la autonómica, como también las locales, deberían tomar partido y comenzar a trabajar en esa dirección.

-En la población local siempre existen los temores de las prohibiciones y de las cortapisas administrativas, se teme por una enajenación de los usos y costumbres locales. ¿Es necesario recortar los disfrutes de las personas del medio rural?

-Para nada, todo lo contrario, la conservación de estas especies es totalmente compatible con actividades tradiciones como la caza, la agricultura, e incluso la ganadería. Es necesario encontrar soluciones consensuadas en las que todas las partes: agricultores, cazadores, propietarios, ecologistas, ganaderos, administración, etc?encuentren incentivos en la conservación. Estas nuevas estrategias de conservación se les denomina custodia del territorio, tratando de integrar a todos ellos y que se impliquen en este tipo de gestión con vocación de conservación. Por otro lado y como estamos empezando a atisbar, las amenazas sobre la libertad en el uso de los montes de las entidades locales, no viene de los ecologistas, sino de aquellos que quieren privatizar todo el patrimonio público del país?y no faltan ejemplos?.

- ¿Cómo ves la concienciación de la gente instalada en la zona osera zamorano-leonesa? ¿Es receptiva? ¿Crítica?

-Faltan datos para conocer las tendencias, pero la habrá que realizar una labor previa de información veraz y objetiva para poner en valor todo nuestro patrimonio natural, incluyendo al oso y al lobo como especies señeras de nuestra fauna.