El último incendio de Latedo fue originado por un pirómano que utilizó para ello un artefacto de fabricación casera, localizado por las autoridades y analizado en busca de huelas dactilares.

El autor del incendio utilizó un bote de conservas de tamaño mediano, al que quitó la parte de arriba y la de abajo, rellenándolo de paja, con una vela en el centro.

La «hazaña» la completó colocando dos piedras en el suelo a modo de puente, para que corriera el aire, también sobre paja.

Al consumirse la vela de cera comenzó a arder la paja del bote y luego la colocada el suelo, permitiendo al autor estar lejos cuando se detecto el fuego y llegaron los efectivos.