Toribio atribuyó la matanza «a lobos y no a perros asilvestrados». El ganadero sayagués tropezó la escabechina hacia las 7,30 horas de la mañana de ayer cuando, «como todos los días», se acercó a la finca para supervisar y atender el ganado. «La liaron buena. Tenía 22 corderos y sólo quedaron tres; y también fueron muertas otras 19 ovejas. La prepararon muy gorda» afirmaba un tanto desencajado por el batacazo.

«De todos los animales muertos sólo comieron parte de una oveja y medio corderico. Todos los demás están enteros. Es una pena porque los tenía que entregar el lunes. Eran lechazos de unos diez kilos y estaban terribles, muy elegantes» manifiesta el ganadero.

Domingo Toribio añade que ya ha tenido otras visitas del lobo, «pero con la muerte de una o dos ovejas nada más, pero es que hoy han matado es un remolque entero».

El ganadero tenía las reses en una finca situada a unos tres kilómetros del pueblo, en el camino de La Asomada, en el cerro Milano. Apunta que «los perros se habían ido con el resto del rebaño, formado por unas mil ovejas. Toribio se pasó toda la mañana de ayer recogiendo animales. «Alguna oveja apareció muerta a más de un kilómetro» del lugar donde pernoctó. El suceso fue puesto en conocimiento de la Guardia Civil y del Servicio de Medio Ambiente, que se acercaron hasta el lugar para certificar y abrir expediente del estrago. «No he desayunado desde que cené anoche», manifestó al mediodía de ayer el ganadero para explicar el trajín que había tenido durante toda la mañana.

La solución para este ganadero pasa «porque proteger tanto a los lobos porque no vale para nada. Una zorra puede matar un cordero, pero un bicho como un lobo hace una gran derrota. No es lógico apoyar a un animal que mata a decenas». Dijo que «en estos momentos está todo contra nosotros y no es extraño que la ganadería no la quiera nadie». Es consciente de que «me pagarán algo porque tengo seguro contra el lobo, pero eso no quita la pérdida de unos animales, que coincide que todas eran nuevas, a lo sumo de tres años».