La quintada de El Pego respondió ayer con solvencia a la gran prueba de madurez que supone el pronunciamiento, ante un expectante público, de la denominada relación; una versificación de corte chispeante y visión muy personal del mundo y de las cosas, que cada quinto o quinta recita a viva voz ante la figura de un hermoso gallo.

El Pego contó este año con un plantel de siete quintos: Tamara, Nayara y María, más Carlos, Franscisco, Oscar y Pablo. Todos ellos, a excepción de una chica, relataron la relación en un día que es esperado con ilusión por todo joven. «Años y años de soñar/ se ven hoy recompensados/ en el momento sagrado/ de hablar en este lugar», que diría ayer Óscar Arribas.

Los quintos tuvieron previamente un plus de protagonismo durante la celebración de los actos religiosos de la mañana, a los que asistieron luciendo pulcras prendas y acompañados por «la moza de gallo». Fue una puesta en escena de sobresaliente estampa, puesto que vistieron capa castellana y gorra militar, y las mozas traje regional, «la mayoría hechos a mano». Además, siguiendo el ritual de la tradición, primeramente fueron a buscar a la capitana Tamara, para luego recoger a la persona del grupo portadora de la vara. Seguidamente el colectivo enfiló hacia el templo de San Clemente donde ocuparon un lugar preferente y cumplieron con el costumbre de la entrega de ofrendas.

El momento estelar devino a primera hora de la tarde, cuando llegó la hora de clamar las propias confidencias ante el gran público, a lomos de un caballo y ante la inerte figura del gallo, que, al contrario que hace unos años, ahora pende sin vida alguna de una soga.

Si el aprendizaje del puntilloso poema exige unos estudios y esfuerzos de memorización previos, la conversión en jinetes de los quintos y quintas también requiere su dedicación, y todos pasaron varios días montando el respectivo caballo por ahí. En el caso de Pablo Escobar, por ejemplo, «porque no tenía ni idea». No obstante, en sus manos fueron puestos «animales nobles y de alta confianza».

Los nervios estuvieron a flor de piel y todavía a la hora de la mesa los protagonistas daban, ante los suyos, los últimos repasos a los textos de unas obras literarias que «lo mismo hablan de uno mismo, que de la familia, que de los amigos»; pero donde también tienen cabida las aficiones, las críticas, las gratitudes y los recuerdos.

Fue a partir de las 16,30 cuando el vecindario, y algunos amantes de las tradiciones llegados de los pueblos del entorno, acudieron a la cita.

El quinto Pablo Escobar aprovechó tan señalado día para rendir un homenaje a un joven pastor, fallecido recientemente por enfermedad. «Nos falta la compañía / de un añorado paisano / un hombre sencillo y llano / por todo El Pego querido. Rindo homenaje sentido / al amigo Justiniano».

Óscar Arribas, dentro del diverso panorama tratado en sus versos, también reparó en las diferencias que existen entre comunidades autónomas, especialmente, con las más reivindicativas. «Ellos tienen población. Nosotros pueblos sin gente. Ellos empresas pudientes. Nosotros emigración». Francisco Esteban, recién incorporado al Ejército, dedica algunos de sus versos a esta nueva ocupación. «Tan alto y grande es mi afán / y tan enorme mi fama / que ya me ha llamado Obama / "pa" salvar Afganistán». El periodista Luis Miguel de Dios fue al autor de algunas relaciones. La tarde siguió su curso «porque es una jornada de mucha fiesta» al decir de Pablo Escobar.