“La cultura es segura”. Bajo esta premisa, Benavente no ha querido dejar de lado los espacios culturales de la ciudad, que se han tenido que adaptar a las nuevas medidas sanitarias con el fin de evitar posibles contagios por COVID. La biblioteca municipal de Benavente se ha reinventado y ha logrado mantener el contacto con los vecinos, los habituales, y los que han encontrado en la lectura un modo de entretener las horas en casa. “Todo ha cambiado, pero queremos ver la parte positiva de todo esto y sí podemos decir que los lectores están muy agradecidos de la labor del préstamo que estamos haciendo, bajo cita previa y con recomendaciones que hacemos, dado que no se puede pasar a las salas a ojear las publicaciones”, explicó la directora de la Biblioteca municipal de Benavente, María José Pérez.

La directora de la bilioteca colocando algunos títulos. |

Desde que se abrieron las puertas de la biblioteca el servicio de préstamos ha funcionado diariamente muy bien, los primeros días con gran afluencia de gente buscando títulos de todo tipo. “Empezamos cada día a las 9:30 horas y cada diez minutos podemos dar cita, aproximadamente hasta las 13:50 horas y, por la tarde, de las 17 a las 20:30 horas”, explica María José. No hay una cifra establecida, pero sí se puede estimar una media de cincuenta libros diarios

La situación de la pandemia ha llevado a cambiar ciertos hábitos, según indica la directora puesto que, por ejemplo, en las fechas de vacaciones de Navidad “es habitual tener menos préstamos porque la gente dedica esos días a salir más o a estar más con los amigos, pero este año ha sido diferente, ha habido más préstamos que otros años. También es curioso que los días que más se trabaja en el servicio de préstamos son las jornadas de lunes y los viernes”, añade.

Un asiduo lector echando una ojeada al libro que acaba de coger de la biblioteca. | E. P.

La visita a la biblioteca ha cambiado. Se hace con cita previa y no faltan las medidas de geles y mascarillas para acceder a ella. En un cajón guardan cuarentena los libros que los usuarios van dejando según llegan y, sin apenas esperar, recoger el nuevo título ya preseleccionado antes. Hay silencio, más del habitual en estas salas de lectura y también de encuentro. Ni hay niños a los que llamar la atención por levantar la voz más de lo necesario. Pero aún así, tanto Mari José como las trabajadoras de esta biblioteca reciben siempre a los usuarios con una sonrisa. “Son fantásticos, nos agradecen mucho las recomendaciones y han entendido desde el primer momento las limitación de las nuevas medidas adoptadas”.

No hay un perfil de usuario, es muy variado, al igual que el tipo de libros que se leen. Aunque sí destaca “los libros de novela negra son con diferencia los más demandados. Entre los que tenemos prestados y en cuarentena hay días que nos cuesta encontrar algún libro que prestar de este tipo. También hay una gran demanda de novela histórica y de intriga”, aseguró la directora de la biblioteca.

De momento no se va a abrir al público ninguna sala más que no sea la de estudio que, aunque con el frío ha habido días de poca demanda, también ha llegado a completarse semanas atrás, a pesar de tener las ventanas abiertas y tener que usar mascarilla obligatoriamente.

Por otro lado, la Concejalía de Cultura prepara ya la programación de teatro para el primer semestre del año. “Hasta ahora hemos visto que la cultura es segura y no queremos renunciar a estas actividades. Es cierto que en el teatro al principio la gente era más reticente, pero creo que cuando han visto las medidas que tomamos cada vez que hay una representación parece que la gente se ha animado un poco más”, explicó la concejala de Cultura. “El teatro no podrá acoger galas benéficas de asociaciones ni actos muy numerosos, puesto que el aforo es limitado, pero sí vamos a apostar por acercar distintas representaciones que ofrezcan a la gente un espacio para el disfrute de la cultura”. No hay noticia aún de cuándo podrá volver a abrir el cine en Benavente, y parece que mientras las restricciones estén presentes es algo que no se va a ofrecer en la ciudad.