Vecilla de la Polvorosa volverá a tener cementerio, esta vez municipal, después de una década padeciendo el dilema de no poder enterrar a sus muertos en la localidad. El camposanto eclesiástico fue cerrado hace una década y desde entonces el pueblo se quedó sin espacio para dar sepultura a sus vecinos. Construir un cementerio fue el reto del actual alcalde, César Mayo. Lo conseguirá, si todas las previsiones se cumplen, un año después de que la carencia de la localidad trascendiera públicamente.

El 16 de julio este periódico publicó 'Un pueblo sin cementerio', la historia de esta pequeña localidad de 80 habitantes a orillas del río Órbigo. Un año después, la Junta de Castilla y León acaba de conceder la autorización excepcional para construir el camposanto municipal en suelo rústico.

Mayo confirmó la aprobación del permiso hace unos días. En junio, el Pleno de la Corporación de Morales de Rey, el Ayuntamiento Mayor, aprobó a finales de junio el reformado del proyecto cuya ejecución financiará íntegramente la Diputación Provincial de Zamora aportando los 60.000 euros de una subvención nominativa.

Esta vez, la Confederación Hidrográfica del Duero ha dado el visto bueno a un proyecto que cumple con las distancias con el río Órbigo y que ha diseñado un cementerio sobre una parcela municipal que tendrá que elevar su rasante.

La Diputación Provincial de Zamora fue receptiva a ayudar a sufragar el proyecto hace meses y la Junta de Castilla y León ha dado también el visto bueno a la autorización excepcional para la construcción.

"Si no se producen contratiempos haremos la licitación cuanto antes y la construcción comenzará en el otoño", explica Mayo. Ahora solo queda que esta previsión se haga realidad.

Lo cierto es que tras la clausura del viejo cementerio eclesiástico por diversos problemas, entre ellos las filtraciones de agua a las capas freáticas, en el subsuelo del camposanto, desembocaron en la redacción de un proyecto para construir uno nuevo. Sin embargo resultó fallido. Se programó en una parcela de 2.000 metros con un espacio insuficiente para desarrollar este uso con una autorización especial en suelo rústico. La actuación municipal no solo fue rechazada sino que además se perdió una subvención de los planes provinciales de la Diputación para poder ejecutar las obras.

Esta vez las cosas se han hecho bien. Se han agrupado dos fincas con dos hectáreas de superficie. para resolver los problemas anteriores. El nuevo cementerio se asentará sobre una superficie de casi 24.000 metros cuadrados. Para evitar problemas de inundaciones por la proximidad del río, se recrecerá el terreno unos setenta centímetros y los muros del camposanto se construirán con zapatas. El nuevo cementerio solo tendrá nichos y se ha previsto la dotación de un total de cuarenta plazas. Es posible que a finales de año, la preocupación de no poseer cementerio haya quedado enterrada.