Las Hermanitas de los Ancianos Desamparados han estado al frente del Hospital de la Piedad desde el año 1902 y su salida es "agridulce", según explicó la hermana María Ángeles Gonzalo. El desenlace feliz que preserva y garantiza a los residentes la plaza que ocupan y a la plantilla sus puestos de trabajo, se mezcla, vino a decir, con la tristeza de abandonar Benavente.

La falta de vocaciones y la edad de las religiosas de la Congregación, constituyen los motivos de su salida del Hospital de la Piedad, según explicó su representante, Jaime Fernández-Martos, que se refirió también al hecho providencial de que el acuerdo haya permitido este desenlace, con garantías para los mayores y para los trabajadores.

Hace dos años que la orden comunicó su intención de abandonar Benavente. Mantener el empleo y las plazas que ocupan los residentes actuales era el único escollo. En el último año se entablaron conversaciones con Mensajeros de la Paz y Asprosub, y finalmente apareció el Grupo Clece. Las negociaciones han durado un año, han sido intensas, según indicaron todas las partes, y finalmente han sido satisfactorias en todos los sentidos.

"Nos hemos sentido muy acogidas e incluidas en el pueblo por todos y estamos contentas porque queda abierto el centro", señaló la religiosa, no sin lamentar abandonar la ciudad tras más de un siglo de presencia y trabajo.

La residencia ocupa unos 6.000 metros cuadrados en tres plantas y la entreplanta del inmueble, que serán objeto de la reforma. Dentro de un año aproximadamente si se cumplen las previsiones, será un centro de mayores moderno y adaptado íntegramente a la normativa.