La localidad de Castrogonzalo se llenaba de emociones en la jornada de ayer. El cielo grisáceo concedía una tregua para que familiares, amigos y vecinos de Tábara y de Castrogonzalo rindieran homenaje a la joven Leticia Rosino Andrés, asesinada brutalmente hace seis meses en esta localidad en la que residía. Se descubría la placa de una calle en homenaje a Leticia, no sin antes asistir a una misa en la que se recordaba a la joven fallecida.

Fueron numerosos los vecinos de Tábara, la localidad natal de Leticia, los que compartieron este tributo póstumo desplazándose hasta Castrogonzalo. El antiguo templo parroquial dedicado a San Miguel Arcángel se quedó pequeño para albergar a los congregados. Y el párroco Lorenzo López Asensio dedicó en su homilía un emotivo recuerdo a Leti poniendo todo su acento en la familia de la joven y de David Alonso, la pareja de Leticia. «El pueblo está con vosotros, os queremos. La huella que ha dejado Leticia entre nosotros es inmensa, es preciosa», apostilló el sacerdote recogiendo muestras de emoción entre los asistentes. La salida a la calle del numeroso público era propicia también para expresar las emociones ante los familiares y de uno de los vecinos más queridos, del joven David, pareja de la fallecida Leticia. Una comitiva de vehículos se desplazaba hasta el polígono de los Paradores de Castrongozalo. Junto a la entrada de la factoría de Lácteas Cobreros se descubría una placa con el nombre de Leticia Rosino Andrés, la joven asesinada que se recordará para siempre en Castrogonzalo.