Una pasarela de adopción y varias exhibiciones. Estas actividades sirvieron como el complemento perfecto para clausurar un evento protagonizado por los animales. Ambas tuvieron lugar tras la finalización de las carreras y la entrega de premios de la Can We Run, organizada por LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA y Prensa Ibérica, y patrocinada por el Ayuntamiento de Benavente, Advance, Caja Rural de Zamora y la Fundación Caja Rural, con la colaboración de Boomerang, Trixie, Coca Cola, Grupo Siro y la Clínica Veterinaria Vetland.

De esta forma, los participantes en los dos recorridos alargaron su mañana de ocio con sus mascotas para deleitarse ante los ejercicios con canes, de la mano de La Huella del Huargo y El Vínculo. Pero antes tuvo lugar la pasarela de adopción, con animales de la protectora Procan, en el municipio Benaventano. Dolce, Turco, Nerón, Rayo, Tania, Lara, Thor o Lobato... Son solo algunos nombres de los perros que en la actualidad esperan un adoptante que les dé una segunda oportunidad, entre otros que no asistieron al evento pero que también se encuentran en las instalaciones. Rosa Charro, representante de la protectora, acompañada por la veterinaria Noemí Vecino, reconocieron la labor de los voluntarios que hacen la vida de los animales un poco más feliz cada día. Pero también trataron de concienciar sobre el problema del abandono, por lo que motivaron a los presentes a "adoptar, no comprar".

A continuación, comenzaron las exhibiciones de obediencia y detección, DiscDog o Mondioring, distintas modalidades de ejercicios con canes en los que estos disfrutan a través del juego, a la vez que aprenden y aumentan su vínculo con el cuidador.

Troya, Flecha y Dingo fueron, de esta manera, los perros que acapararon las miradas de todos los presentes. No es para menos, pues alguno de ellos ha llegado a participar en campeonatos a nivel internacional, aunque otros están en sus inicios. Una de las primeras prácticas que realizaron fue la detección deportiva, en la cual el olfato de los animales es fundamental. Estos, capaces de percibir un olor a una buena cantidad de distancia, apoyan con ello el rescate de personas y otras labores de gran ayuda para los seres humanos. En este caso, la perra Flecha tuvo que localizar una sustancia escondida varias veces en puntos diferentes. Para ello, uno de los niños ganadores de la carrera previa, se ocupó de depositar la pieza en un lugar concreto, en cada una de las ocasiones con una dificultad añadida.

En otra de las modalidades, el DiscDog, el mestizo Dingo recogió, de forma magistral, cada uno de los discos lanzados por su cuidador. Y lo hizo en distintas trayectorias y a través de movimientos como uno sencillo en línea recta u otros más complejos por medio de saltos encima del cuidador o algunos voluntarios.

Para finalizar, el Mondioring, que consiste en el juego del can con un figurante a través de mordidas en un traje especial, clausuró esta edición de la Can We Run.