La lluvia se convirtió ayer en la protagonista indeseada del inicio de las fiestas del Toro Enmaromado pero el chupinazo sonó pese al incesante aguacero y centenares de benaventanos ocuparon la plaza con chubasqueros y paraguas sin arredrarse.

Desde primera hora de la mañana hasta caer la noche habían caído 16 litros por metro cuadrado, más de la mitad de las precipitaciones medias mensuales. La precipitación será continuada hoy martes y el miércoles estará trufada de tormentas con aparato eléctrico. Estas son las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología y la primera consecuencia fue la suspensión ayer del desfile de las peñas.

Las agrupaciones peñísticas, sobre todo los más jóvenes de cada una de ellas, no se perdieron la cita con el acto inaugural, pero el desfile oficial tuvo que ser suspendido. Así lo acordaron la Concejalía de Fiestas y la Coordinadora de Peñas tras esperar hasta poco antes del cohete anunciador.

El alcalde de Benavente Luciano Huerga apeló a la tradición festiva benaventana para poner al mal tiempo buena cara y desgranó todos los valores que a su juicio han caracterizado siempre las fiestas del Toro Enmaromado.

"Buenas tardes por decir algo con la que está cayendo, pero vosotros estáis por encima del bien y del mal, estáis por encima de la lluvia ¿Por que, qué es lo que habéis venido a celebrar?" "El toro coreó", el público en una plaza de paraguas.

"Tenemos la obligación de celebrar las fiestas del Toro Enmaromado llueva o truene, o diluvie. Nuestros antepasados nos han dejado un extraordinario legado, una extraordinaria historia, y tenemos la obligación de mantenerla, con orgullo, ¿porque somos de dónde?", prosiguió, y la plaza silabeó Be-na-ven-te repetidas veces.

Huerga, que acortó su alocución mientras la lluvia no dejaba de caer, alentó a los presentes pese a que el sol estuviera cubierto tras un cielo gris, encapotado y lluvioso. "Hoy no luce el sol, pero gracias a todas las peñas por estar aquí, porque deslumbráis con vuestra alegría, con vuestro entusiasmo, con vuestra ilusión, y nuestra obligación hoy es dar el chupinazo", argumentó antes de preguntar a la plaza si era esto lo que querían. El alcalde pidió antes unos segundos para dar algunos consejos y realizar algunas sugerencias apelando a la genética festiva benaventana. "Disfrutad. Disfrutad todos y cada uno de los actos. Disfrutad sobre todo los toros enmaromados, lo que pertenece a nuestra cultura, a nuestra tradición, a nuestro ADN. Por favor, comportaos, sed benaventanos de los de siempre, de los de la hospitalidad, la gente acude a las peñas y es un orgullo, así que disfrutad, pasadlo muy bien pero respetad. El respeto y la solidaridad con todos, así que por favor, recordad esto, disfrutad desde el respeto", reclamó antes de lanzas varios vivas a Benavente y al Toro Enmaromado. En la plaza la gente esperó a oir el sonido del cohete y se puso en modo fiesta definitivo mientras la lluvia, pertinaz y tozuda, seguía cayendo sobre la ciudad. En décadas no se había producido una precipitación constante durante toda la jornada inaugural de las fiestas de la Semana Grande.