El domingo de tortillero, tradicional celebración que precede al domingo de Ramos en la zona de Benavente, brindó ayer a los asistentes un sol radiante y buenas temperaturas para salir al aire libre a comer embutido, carne asada y tortilla. Todo ello regado con un buen vino y mejor compañía.

La zona de la Pradera fue uno de los lugares más concurridos por las instalaciones que en ella se prestan. Las mesas de madera fueron copadas por grupos de familiares y amigos, la sombra de los árboles, con adelantado florecimiento, hizo agradable la soleada jornada y por el césped corrieron tanto los niños como las mascotas, desgastando la energía repuesta con la tradicional tortilla.

Las parrillas funcionaron a pleno rendimiento y el buen ambiente reinó en una jornada que, aunque lleva pocos años de celebración, se ha consolidado como una cita ineludible entre las familias benaventanas. Al aire libre o en casas particulares, junto al río o bajo tierra en las bodegas, cualquier lugar se vuelve ideal si la compañía es del agrado de los presentes.

Los aficionados a la nieve aprovecharon el buen tiempo para ir a esquiar, pero en las mochilas de los benaventanos no faltó el bocadillo de tortilla.