La temporada de caza finaliza este domingo dejando tras de sí un contento generalizado entre los cazadores por el número de jabalíes abatidos en los diferentes cotos de la comarca. A falta de cuantificar el número global de piezas abatidas, la abundante población de jabalíes por los montes de la zona ha provocado un incremento del número de piezas cobradas con respecto a la pasada temporada.

La buena crianza y el cuidado desarrollado en algunos cotos de la comarca de los Valles Benaventanos ha propiciado una abundancia de bichos. No sucede lo mismo donde no se ha prestado la misma atención por algunas sociedades cinegéticas.

Sin llegar a una superpoblación como algunos han querido identificar, los montes de la comarca han sido pródigos en ejemplares y buena culpa de ello la tiene la buena crianza de estos cerdos salvajes y su abundante alimentación que ha venido dada por las lluvias y uno de los alimentos apetecidos como es el maíz, según confirmaron ayer expertos consultados.

Estas mismas fuentes destacan una media de una decena las piezas cobradas en cada una de las batidas. No obstante este número se eleva considerablemente en cuanto mayor sea el número de puestos, llegando en algunos casos a cobrarse 35 animales como el pasado sábado en Pozuelo de Vidriales con cerca del centenar de cazadores o la treintena de escopetas en la misma jornada en Bretó de la Ribera que se saldó con nueve jabalíes abatidos. A sabiendas de que los jabalíes medallables como los buenos macarenos tardan en hacerse entre cinco y seis años. Y algunos de esos guarros han sido cobrados en manchas de Vidriales.

Para este fin de semana los cazadores desenfundan por última vez en la temporada sus escopetas y en dos jornadas, la del sábado y la del domingo todo apunta a un buen número de piezas abatidas.

Será por las ganas. Solamente en el coto Vidriales, en el término municipal de Bercianos el sábado y en el término de Granucillo el domingo, está prevista la participación de 150 puestos de caza. Una importante fuente de riqueza para la zona tanto en lo que le toca al sector hostelero y de restauración, como para las rehalas y también para la innegable limpieza que repercute positivamente en el sector agrícola de toda la comarca.