«Han sido treinta años de silencio y de oscuridad. Hablar de ello es lo menos que le debo a mi hermano». Pedro Revilla Alonso desconocía la existencia de Juan Manuel Bereciartúa Echániz, alias «Pakea», hasta hace algunas semanas. Saber que había un cuarto asesino de su hermano Lucio y que regentaba un restaurante en Venezuela le devolvió del pasado recuerdos doloroso.

-¿Sus padres llegaron a superar la pérdida de tu hermano?

-Yo creo que no lo superaron nunca. Ya habían tenido un antecedente antes, aunque no fue de la misma forma; pero yo tengo un recuerdo de mi madre de verla vestir casi siempre de negro. A mi madre solo la recuerdo con el pelo blanco y vestida de negro.

-¿Cuál fue ese antecedente?

-La muerte de mi hermano mayor con 15 años. Y la muerte de Lucio, que era el tercero, fue con 25 años. Yo creo que no lo superaron nunca. Cada vez que había un atentado de estos elementos no salían de casa. Estaban arrastrando unas secuelas muy grandes, yo me mi imagino que como las secuelas que arrastran l resto de las familias en esa situación.

-Y el resto de la familia. Usted. ¿Como han sobrellevado lo sucedido?

-Nosotros éramos más jóvenes. Teníamos una vida que hacer. Mi otro hermano estaba casado y yo estaba en el servicio militar. Pero mis padres lo tuvieron que pasar.

-Han pasado 32 años. ¿Se aprende a perdonar? ¿Se perdona?

-No, no. Es mentira. Ni se perdona ni se olvida. Ni se olvida ni se perdona. Está bien claro.

-¿Habrá personas a las que esta opinión les parezca dura. Cómo se lo explicaría?

-Yo estoy pensando que mi hermano con 25 años estaba empezando una vida. Se la truncaron. Se la truncaron sin saber por qué.

-¿Qué recuerda de aquel día?

-Estaba haciendo el servicio militar en Tenerife. Ese día, cuando me avisaron serían las once de la mañana y cuando llegué aquí eran las once de la noche. El ejército me facilitó el viaje, con dinero y papeles. La verdad es que al llegar a casa me encontré con todo el panorama: había un gran barullo de gente; a mis padres como estaban; la familia, tíos, porque da la casualidad que toda la familia de mi madre era guardia civil o militar, y muchos estaban aquí y otros estaban allí que habían ido directamente para allá. Esto fue lo que encontré...

-¿Y apoyo?

-Encontré mucho apoyo en la gente de Benavente, es verdad. Por supuesto de vecinos y conocidos. Entonces vivíamos detrás del cuartel de la Guardia Civil, en el último bloque, en Las Eras, y recuerdo que había mucha gente.

-¿En todos estos años cada vez que ETA volvía a atentar que le venía a la cabeza?

-Bueno, lo que les pasaba a las familias. Otra vida truncada y otras familias a sufrir. Esto es lo que había, sin saber por qué. En realidad yo creo que no hemos sabido nunca porque lo hacían y más conociendo ahora la vida de estos señores, la vida que llevaban y los privilegios que tienen (señala a Bereciartúa en su restaurante de Venezuela), estas protecciones, y lo poco que vale una vida. Esto es lo que creo nadie acepta.

-«Pakea» huyó a Venezuela seis años después de aquel atentado y de otros seis años en el comando Urola. En España sus delitos habrían prescrito ya. ¿Qué opina?

-Se están beneficiando de las leyes españolas. No pagan por nada de lo que han hecho. Y si esta es la imagen que quieren dar a la juventud, a sus ideas políticas, que no sabemos cuales eran, aunque lo estamos viendo...

-¿Que opinión le merece Hugo Chávez y del papel que está jugando el Gobierno venezolano en este asunto?

-Cuando veo a Chávez recuerdo el enfrentamiento con el Rey y el Presidente del Gobierno. Estaba criticando al anterior presidente... pero que piensa este, un señor que se cree demócrata, que tiene el país como si fuese una dictadura. ¿Que entre a plantear y a cuestionar problemas de españoles, que luego se cree que tiene una relación democrática y una relación con la madre patria? Pero este dónde va, pero de dónde ha salido.

-Todos los Gobiernos ha intentado negociar con ETA el final de la violencia. ¿Que piensa de estos intentos? ¿Ve bien o mal estas negociaciones?

-Lo nuestro lo llevamos por dentro. Quiero decir que podríamos decir que si y podríamos decir que no. Pero con la boca pequeña diríamos.... Pero los sentimientos nuestros y las secuelas que nos han dejado estos fenómenos, a quién se las reclamamos. y todo por la formas. Porque cuando una muerte es por enfermedad, pero contra esto... Si mi hermano tenía 25 años. Si era el primer trabajo que tenía. Le truncaron la vida. Y lo más grave, sin saber por qué.

-Una de las asesinas de su hermano, María Mercedes Galdós Arsuaga «Bitxori» fue condenada a 700 años de cárcel por 17 crímenes y ha cumplido 19 de prisión. ¿Qué opina sobre el cumplimiento de las penas?

-Que estoy en contra de que no se cumpla la ley y de que no se cumplan las penas. Un señor que tiene una pena por haber cometido unos delitos tiene que cumplirla. Si no nos están engañando. ¿Para qué les meten 300 o 400 años de condena si a los siete años están fuera? Si como en el caso de mi hermano la que cometió 17 asesinatos ha estado 19 en la cárcel, es que apenas sale a año por asesinato. Si es que parece que están diciendo, chico...

-¿En 1978 la población tenía la misma idea sobre ETA que ha tenido posteriormente o cree que entonces existía una falsa comprensión por parte de algunos sectores sociales?

-Yo creo que no. Precisamente porque la mayoría de los españoles no sabíamos ni lo que esta gente quería. En 1975 habíamos acabado con una etapa anterior de dictadura. Y ahora las cosas se arreglan hablándolas y por el poder del pueblo. Votando. En 1975 no. Entonces si estos señores tenían algo que reclamar, la mejor forma de hacerlo era hablando, no pegando tiros ni matando gente.

-ETA robó el martes 6.000 tarjetas de crédito en Francia cuando la izquierda abertzale está esperando un comunicado de tregua de la banda terrorista. ¿Que le parece esta situación?

-Recuerdo que hace unos años la misma izquierda abertzale reclamó una tregua, y después de esa tregua vino otra vez otra masacre. Ya no sabe uno lo que pensar de ellos.

-¿En algún momento tuvo la impresión de que la pesadilla podía terminar?

-No. Y viendo más o menos el perfil y la calidad de vida que lleva esta gente, como este señor (señala la fotografía publicada por La Opinión-El Correo de Zamora de Juan Manuel Bereciartúa Echániz) y otros tantos, menos aún. Es increíble que este «señor» llegará por libre a Venezuela de esta forma.

-El ex presidente Felipe González declaró hace unos días que si tuviera que tomar una decisión ante un grupo terrorista al mando de un avión lo tendría claro. ¿Cree que esta opinión es compartida?

-Yo me imagino que habrá gente que la comparta porque haya sido perjudicada o dañada. Eso de quien a hierro mata a hierro muere esta en la opinión de mucha gente.

-¿Cómo ha convivido con esta situación estos 32 años?

-Mal. Porque te cambia mucho la vida. Hemos estado muchos años sin saber nada de toda esta historia. Y de la noche a la mañana surge este asunto y entras de nuevo en el proceso de darle vueltas y vueltas, y del por qué pasó...

-¿La emoción sigue mandando estos días después de tantos años?

-Sí...

-¿Sus hijos (tiene dos) le preguntan por lo que le sucedió a su tío?

-El pequeño, el pobrecillo no, pero el mayor sí me pregunta muchas veces cómo era su tío. Yo le digo mas o menos...

-¿En aquella época sus padres, la familia, temía que pudiera ocurrir algún incidente por el destino?

-Mi padre sí. La noche antes había estado hablando con él. Tenía la costumbre de escuchar la radio por la mañana, y fue el primero que se enteró. Pero mi padre siempre estuvo preocupado. Cuando le tocó el móvil de Logroño no le gustó. Pero bueno... De todas las formas él (su hermano) ya tenía la idea de marchar fuera, a Tenerife. Tenía una novia que era maestra de allí. Iba a a volver a la isla y él pensaba en ir también cuando pudiera. No pudo.

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«Lo nuestro lo llevamos por dentro. Quiero decir que a lo del cumplimiento de la penas, podríamos decir que sí o podríamos decir que no. Pero con la boca pequeña diríamos... ¿Pero a quién le reclamamos los sentimientos y las secuelas?»