Estamos dando más valor a las emociones que a la razón. Otorgándole a la intuición la función de conocer y decidir. Pero, si las emociones están mal organizadas, las consecuencias son fatales, por lo tanto, tienen que tener un control que filtre su impulso. Ellas son la energía que nos mueve, pero siempre han de estar sometidas a baremos racionales y éticos, porque las emociones dan para lo que dan.

Para ejercer la política de manera eficaz hacen falta muchas cualidades, entre las que destacan la valentía, la capacidad de gestión, la racionalidad, los valores y la sensibilidad, haciendo uso del diálogo entre adultos desde el respeto e igualdad. En cambio, nos estamos encontrando que su procedimiento político es tosco, su lenguaje es soez y el encrespamiento entre sus dirigentes está muy subido de tono, tanto, que la escalada de incomprensión está llegando a niveles insospechados. Todo ello produce un enfrentamiento que se basa en la idea de que la política tiene como eje el enfrentamiento de amigo frente a enemigo. Estos enfrentamientos continuos exigen una gran cantidad de energía que la malgastamos dejando a un lado nuestro objetivo inicial. Estamos en un mundo muy competitivo y acelerado. Si perdemos la fuerza en enfrentarnos los unos con los otros, se despierta la agresividad y todo ello puede causar malestar, sufrimiento, y su resultado lograr falta de sensatez.

El talento y tarea de la política inteligente es saber transformar los conflictos, que van a existir siempre, en problemas. La diferencia está en que en un conflicto dos fuerzas chocan y una tiene que vencer. En cambio, en el problema se busca la solución. Esto que parece tan de sentido común cuesta mucho entenderlo.

Ser alcaldesa de mi pueblo, Faramontanos de Tábara, supone una enorme responsabilidad y un gran reto. Es una excepcional carga de ilusión, de seguridad y de constancia para sacar los proyectos adelante y, para ello, cuento con un gran equipo de gobierno. Sin ellos todo esto sería imposible y, por supuesto, contamos con la confianza que en cada legislatura demuestran nuestros vecinos con sus votos para que sigamos trabajando duro, para seguir tomando decisiones, con todo el sacrificio que a veces supone. Es una gran experiencia y un aprendizaje diario del que estoy verdaderamente agradecida y lo asumo con un respeto absoluto.

Durante este año los proyectos conseguidos para nuestro municipio han sido muy importantes. En su mayoría cumplidos gracias a las subvenciones concedidas por las diferentes administraciones. Los dos más importantes han correspondido al arreglo de caminos por un importe de 150.000 euros y el Programa Mixto de Formación y Empleo de jardinería, a través de La Junta de Castilla Y León, por una cuantía de 95.000 euros, con una duración de 6 meses y a jornada completa, dirigido a personas desempleadas. A través de este programa se han podido contratar a 10 personas, una ingeniera agrónoma que es la responsable y coordinadora del proyecto, un capataz y 8 alumnos, estos nueve últimos residentes en Faramontanos de Tábara. Se han colocado entradas en las tierras de cultivo, se han aglomerado varias calles colocando las correspondientes acometidas y cambio de tuberías, se ha colocado un tanque de agua para dar servicio a los agricultores, se han llevado a cabo diversos saneamientos, se ha mejorado la iluminación pública, se han hecho arreglos en el colegio, a primeros de año se formó, gracias a la Diputación de Zamora, una cuadrilla de desbroce y con ella se crearon 6 puestos de trabajo durante 6 meses a jornada completa y hemos podido disfrutar de nuestras fiestas de San Martín.

Como presidenta de La Mancomunidad Tierra de Tábara, me siento muy orgullosa de trabajar al lado de todos los alcaldes que se ocupan al igual que yo de sus municipios. Este año, hemos accedido a dos subvenciones. La primera y más importante que hemos obtenido ha sido, después de 25 años, gracias a La Junta de Castilla Y León, un camión recolector-compactador para la recogida de basuras por valor de 135.000 euros. Esto supone mejorar el servicio a nuestros vecinos de la comarca. La segunda, valorada en 20.000 euros para arreglos de caminos rurales.

Los alcaldes somos los auténticos políticos, porque no perdemos el contacto con la gente. Nunca hay que olvidar lo que fuimos, lo que somos y seremos. Sin dejar en el tintero las promesas, pero siempre teniendo los pies en la tierra para no sufrir “mal de altura”.