Los visados de vivienda en Castilla y León crecieron durante el último año, a excepción de tres provincias: Zamora, Ávila y Segovia, siendo la primera de ellas donde la reducción fue más preocupante, con un 15,13% menos durante el pasado ejercicio. De esta manera, Zamora se convierte en la provincia donde menos creció el negocio de la construcción, según los datos recabados por la agencia Ical.

En términos generales, las ciudades de Castilla y León vuelven poco a poco a convertirse en el "feudo" de la construcción de viviendas e incrementan la carga de trabajo de los promotores, que continúan retrocediendo la senda por la que transitaron durante la crisis. La recuperación se consolida, con un crecimiento superior al 20% en las ciudades, lo que está poblando de nuevo el paisaje urbano con las grúas que levantan de nuevo bloques residenciales, con capacidad para más de 1.300 pisos.

El sector acarició en 2016 la cifra de visados de 2012, cuando los aparejadores o arquitectos validaron 3.064 viviendas, frente a las 1.850 de un año después. Desde entonces los tímidos incrementos elevaron esta cifra hasta los 2.240 en 2014, los 2.536 en 2015 y los 2.881 el pasado año, tras crecer un 13,6%. No obstante, el sector se mantiene todavía alejado de la "burbuja" de 2006, que dejó el récord de 51.553 visados en Castilla y León.

El ladrillo gana terreno y aspira a ocupar el espacio perdido en el ámbito de la economía de Castilla y León, donde el sector sigue presentado un menor dinamismo que otras zonas del país. El número de permisos para iniciar la construcción de viviendas se disparó un 28,8% en España, un crecimiento que duplicó el incremento de la comunidad, si bien superó los dos dígitos, hasta alcanzar los 2.881, según los datos facilitados al Ministerio de Fomento por los colegios de arquitectos.

En este sentido, además, la incertidumbre política que vivió el país durante 2016 no impidió al sector mantener el ritmo de crecimiento, similar al experimentado en 2015, posiblemente porque la economía española desbordó las previsiones y sorprendió con un avance del 3,2%. Para este nuevo ejercicio, se espera una cierta desaceleración en la comunidad, con un aumento del Producto Interior Bruto (PIB) que podría situarse en torno al 2,5%.