Un hombre sin apenas recursos se enfrenta a una pena de un año de cárcel por un delito de impago de pensiones. El imputado debe pasar a su exmujer 200 euros al mes para el cuidado de los dos hijos que tienen en común. Una medida establecida por el juzgado y que no ha cumplido.

En su defensa, el hombre aseguró durante el juicio que carece de ingresos y que precisa de ayuda de Cáritas para conseguir alimentos.

Por su parte, la expareja, que cada cuatro o cinco meses presenta una nueva denuncia -"para que el asunto no caiga en el olvido", justificó-, lo que le hace acumular antecedentes por esta misma causa, apuntó durante su declaración que veía "imposible" que no tuviera ningún ingreso y que debía "cumplir con su obligación".

En el informe final, la fiscal recordó que cuando percibía la ayuda de 426 euros no hizo siquiera un pago parcial, mientras que su abogada aseguró que no había voluntad de no pagar, por lo que solicitó su absolución.