La relación del futuro monarca de España con Zamora tiene fechas y visitas muy concretas. Cuando solo era un niño, en 1978, un jovencísimo Felipe de Borbón pudo disfrutar de las bondades del Lago de Sanabria en una estancia de varios días en el albergue de San Martín de Castañeda. Once años más tarde, en 1997, el heredero al trono realizó su primera y única visita oficial a Zamora para saludar a los vecinos de la capital, conocer el paraje natural de las Lagunas de Villafáfila y escuchar los problemas de los cooperativistas en una reunión con diferentes asociaciones profesionales de Castilla y León en la sede de Cobadu.

Pese a su intensa agenda vital, propia de un miembro de la Casa Real, heredero al trono, seguro que Felipe de Borbón recuerda aquella lejana estancia en el entorno de Sanabria cuando todavía era un niño. La inmensidad del Lago y el aire puro del parque natural tuvieron que dejar huella en un joven príncipe cuya estancia fue ciertamente discreta. El heredero llegaba a San Martín de Castañeda el 17 de marzo de 1978 par asistir a unos cursillos y náutica y montañismo que se celebrarían en un territorio abonado para los deportes de aventura.

Fiel a la naturaleza y su protección, un joven príncipe vivió aquellos días en régimen de internado en el albergue «Prudencio Rodríguez Chamorro» junto a un grupo de niños de diversos colegios. De los cuarenta jóvenes congregados, una decena eran zamoranos y el resto pertenecían a varios colegios de huérfanos. Más de uno de aquellos anfitriones recordará hoy, a edad adulta, cómo fue compartir aventuras con todo un príncipe.

El sucesor real compartió deportes de aventura con una decena de jóvenes zamoranos

Aquel viaje pasaría desapercibido para la mayoría de los zamoranos, que tendrían que esperar hasta el mes de mayo de 1997 para ver de cerca al príncipe. Cientos de ciudadanos se concentraron en el entorno de la Plaza Mayor para saludar a don Felipe, escoltado por el entonces alcalde de Zamora, Antonio Vázquez, y el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan José Lucas.

Con traje gris, camisa azul y corbata amarilla, el futuro monarca lució en Zamora sus impecables modales, su simpatía y la cercanía que caracteriza a los miembros de la Casa Real. Don Felipe inició la visita en las Lagunas de Villafáfila, después acudió a la capital y, por último, compartió una reunión con los cooperativistas de la región en las instalaciones de Cobadu.

El encuentro con los zamoranos se produjo en los metros que separan el Ayuntamiento y el Parador, donde compartió un rápido almuerzo con casi un centenar de comensales. Ya en el Parador, don Felipe degustó platos tan locales como el arroz a la zamorana, quesos artesanos, chichas, habones sanabreses y tarta hojaldrada de verduras para rematar la comida con dulces conventuales. Tras el almuerzo, de nuevo el aplauso de los zamoranos en su despedida de la ciudad camino de Salamanca.