Bientocadas Tres Cuplés llegan a Zamora con muchas ganas de derrochar picardía y humor en la capital, dentro de la programación de las Noches en el Castillo.

-El planteamiento inicial de su espectáculo es sorprendente. ¿Podría explicar un poco la sinopsis?

-El punto nace de dos trabajadoras de Telefónica, Vera y Enriqueta, que están cansadas de ser telefonistas y por ello deciden comenzar a actuar cantando cuplés. No es un argumento como tal para una historia, pero si establece una raíz que da lugar al espectáculo y que da pie para que puedan surgir situaciones como que metan la pata o se vea que no son cantantes profesionales.

-¿Dónde nace la idea de esta obra?

-Todo surgió porque queríamos recuperar el género del cuplé, que fue muy famoso en épocas pasadas y del que solo queda algún grupo en Madrid. También escogimos este género musical porque nosotras venimos del teatro, y el cuplé permite hacer un espectáculo no solo centrado en el cante o el baile, sino que permite interpretación, mucho juego y doble sentido y para nosotras era más cómodo. No queríamos limitarnos a cantar, sino también poder establecer diálogos.

-Vega, Enriqueta y Patxi son los protagonistas de esta historia. ¿Cómo son estos tres personajes?

-Enriqueta es la cantante. Ella es la que tiene la iniciativa y es muy resuelta, realista y decidida. Vega es la que sigue a la primera a todas partes. No canta, ella misma dice que en el espectáculo es la que "se abanica". Aunque es más ingenua, es más despierta, ocurrente y divertida. Es la que más establece diálogos y la que suele interactuar con el público. Y por último está Patxi, al que las otras dos protagonistas definen como el "autista". Hace el contrapunto de seriedad y de un hombre estricto con respecto a sus compañeras.

-El cuplé llegó a España en el siglo XVII y desde entonces han tenido altos y bajos entre el público. ¿Por qué eligen este género musical para realizar su actuación?

-Principalmente porque no podíamos elegir un género musical que exigiera mucha precisión cantando. El otro motivo principal es que es un género de mujeres, eso nos llamaba mucho la atención y queríamos dar caña con él, porque nos permite hacer teatro y humor, jugar con la picaresca y con la interpretación. Cuando el cuplé estaba en auge suponía una gran libertad para las mujeres, tanto para las que lo interpretaban encima de un escenario como para quienes acudían a verlo o lo cantaban en sus casas. También lo hacemos porque nos divierte mucho y nuestra máxima en el escenario es pasarlo bien.

-¿Podría explicar qué tipo de cuplé realizan?

-El sicalíptico. Es un género que recurre al humor, unido al doble sentido, la intención escondida y a las referencias sexuales. Su base es decir una cosa y que esta no signifique lo que se dice, sino que tenga una sublectura, por ejemplo, cuando hablamos de regar con una regadera el jardín, no nos estamos refiriendo a eso.

-La base de este estilo musical es la picardía. ¿Se puede sonrojar aun con este tipo de actuaciones?

-No creo. Intentamos huir de lo soez y había que ser muy ñoño para sonrojarse con nuestra actuación. Es un espectáculo pícaro, pero en el fondo muy blanco, no recurre al chiste fácil o vulgar. De hecho, aunque no es un espectáculo para niños, en alguna ocasión los hemos tenido entre el público y no ha habido ningún problema.

-¿Qué tal está resultando su gira por el país? ¿Qué sensaciones se llevan tras las actuaciones?

-En general está funcionando muy bien. Hemos tenido todo tipo de públicos en diversos espacios y siempre han respondido positivamente. Las sensaciones suelen ser muy buenas en general. Después de 300 actuaciones, solo hemos salido algo descontentas de 4 o 5, porque las condiciones no eran muy buenas, pero son menores.

-La participación es uno de los puntos clave del espectáculo. ¿Se logra alcanzar más al público con esta táctica?

-No creo que sea eso. Al público hay que llegarle, pero puede hacerse de muchas maneras, no necesariamente con la participación. Existen obras en las que no se pide la colaboración del público, pero igualmente consiguen conectar mucho con ellos. En nuestro espectáculo se participa, pero por diversión de ambas partes, no para conseguir una conexión.

-¿Cómo es el público que acude Bientocadas?

-Es de lo más variopinto y depende mucho del lugar al que vayamos. En principio se puede pensar que como se cantan cuplés no va a acudir gente joven, pero luego te encuentras que van muchos.

-El miércoles actúan en el Castillo. ¿Cómo esperan que vaya a ser la acogida de los zamoranos?

-Creemos que irá bien. Hemos actuado en Zamora en dos ocasiones y tenemos un buen recuerdo de la ciudad. La segunda vez acudió mucha gente joven al bar donde se hizo el espectáculo y la experiencia fue muy grata.

-¿Dónde les gustaría actuar que aún no han podido?

-En Madrid. Es complicado actuar en la capital, aunque tampoco hemos hecho grandes esfuerzos por conseguirlo, somos un poco vagas en ese sentido. No creo que sea imposible conseguirlo y nos haría especial ilusión sobre todo porque tenemos muchos amigos y conocidos allí a los que les gustaría vernos el espectáculo.

-¿Me podría citar algunos cuplés conocidos que se vayan a disfrutar durante el espectáculo?

-Pues cantamos muchos. De los más conocidos diría La regadera, Vino tinto con sifón, Al Uruguay, La corbata o El electricista. Mucha gente los canta con nosotros durante la actuación porque se los saben.

-Tiene una extensa carrera en el mundo del teatro. ¿Cómo está la situación de este género en España?

-Creo que se está produciendo mucho y de muy buena calidad. Aunque es cierto que la crisis está pegando muy duro, al igual que en otros muchos sectores. En el teatro tenemos un factor negativo y otro positivo sobre su situación. El primero es que las compañías, desgraciadamente, se están deshaciendo muchas de ellas y los artistas están abandonando la profesión. Y el segundo es que hay un fuerte punto a su favor que los mantiene a flote, y es el hecho de que hay necesidad de ver espectáculos en vivo. Actualmente tenemos al alcance de la mano poder ver cualquier contenido audiovisual sin ningún esfuerzo, pero el teatro tiene un atractivo especial que no te dan las cosas grabadas y es que es irrepetible. En una obra eres un testigo único de ese momento, y aunque la crisis está afectando, el teatro cuenta con esa pequeña baza.

-Espectáculos como «The Hole» están arrasando en el país. ¿Está el cabaret de moda?

-Siempre ha estado en alza y en decadencia. Es un género muy atractivo del que siempre surgen nuevas propuestas, por eso nunca termina de desaparecer, pero es cierto que tampoco ha llegado a estar en auge. Resulta muy atractivo tanto para los actores como para el público, tiene una mezcla que siempre funciona, pero que jamás ha llegado a despegar o ser mayoritario.