El artista salmantino Ángel Luis Iglesias muestra estos días su producción pictórica, en la que combina la creación propia con la reinterpretación de los pintores más clásicos en óleo, en la galería de arte Ángel Almeida-Espacio 36.

-En la exposición «La mirada apacible», la primera que exhibe en esta galería de arte, ¿qué muestra?

-Se trata de 20 obras en las que se puede ver dos facetas. Por un lado, una reinterpretación de los artistas clásicos, entre los que se encuentran Velázquez, quien para mí ha sido un gran referente y a quien he estudiado mucho. A partir de las producciones de los clásicos realizo mi propia interpretación. Junto con Velázquez doy mi visión de obras de El Greco, de Fortuny o bien de Rembrandt, los grandes referentes pictóricos. Aporto mi punto de vista de los grandes cuadros de los clásicos, lo que para es una manera de aprender y acrecentar mi técnica.

-¿Cuál es la otra faceta?

-Son piezas creadas por mí. Desde pintura figurativa a paisajes típicamente castellanos o bien de playa. Me gusta tratar distintas temáticas. Pinto lo que me pide el cuerpo. El combinar tanto reinterpretaciones como apuestas personales forma parte de mi planteamiento porque en las exposiciones pretendo que el público conozca lo que hago. Gracias a los pintores clásicos existe esta segunda parte. Creo que hago un realismo con una figuración en la que intento plasmar la propia visión de la realidad.

-Al transmitir su visión deduzco que se fundamenta en vivencias personales.

-Sí, fundamentalmente me inspiro en cosas que he vivido en primera persona, aunque a veces también me apetece pintar sobre una temática en concreto. Así he pintado varias obras sobre caballos y aspectos rocieros. Incluso a través encargos me ha acercado a algunos temas en lo que luego he ahondado.

-¿Con qué obras se encuentra más cómodo?

-Ahora mismo debo de confesar que con el retrato. He tenido una parte de mi trayectoria donde ha tenido una gran importancia el paisaje urbano tanto de la ciudad como del campo, de hecho he abordado mucho el paisaje castellano. El pintor Antonio López me premió un cuadro de unas vistas castellanas. Mi predilección por estas imágenes ha hecho que en estos momentos esté preparando una exposición centrada únicamente en retratos que itinerará por España y que inicialmente se inaugurará en diciembre en Salamanca.

-¿A quiénes está pintado?

-A grandes figuras nacionales, entre ellos se encuentran Vicente del Bosque, Juan Manuel Bonet, Antonio López o bien Eduardo Naranjo. Mi trabajo lo estoy basando en fotografías, por su tiempo y mi tiempo. Creo que para pintar un buen retrato hay que captar la personalidad de la persona. Hago una serie de instantáneas al personaje y hablo mucho con el retratado, de tal manera que capto muchos aspectos de él. Es un trabajo muy minucioso en el que quiero captar la esencia de la persona, no me baso solo en las fotografías, sino que lo llevo a mi terreno y a mi forma de pintar. Es un proyecto que había pensado hacía tiempo y que he retomado el verano pasado con gran fuerza porque como artista veo una evolución en mi pintura, por lo que es el momento de encararlo. Puedes pintar paisajes o hacer reinterpretaciones, pero el retrato es todo un reto. Voy a pintar a más de una treintena personas y muchos se han implicado en el proyecto e incluso están buscando salas para llevar la muestra por diversas ciudades. La selección la he hecho basándome en personas a las que admiro, personas de las que he aprendido a las que se unen otras que me han enseñado y otras a las que quiero. Será una exposición de retratos más personales, aunque he hecho siempre muchos quizá por influencia de los artistas anteriores.

-En sus creaciones se observan el dibujo inicial. ¿Por qué?

-Lo he hecho porque forma parte del cuadro, porque pinta y hace cuadro. En algunos se observa que el dibujo inicial nada tiene que ver con lo que finalmente ha sido, sobre todo, en el caso de algunos retratos. Algún cuadro comenzó siendo una casa y finalmente ha resultado una persona, pero todo hace composición. Con las líneas también acentúo el realismo de las obras. En uno de los cuadro que muestro, una menina, se observa claramente cada uno de los trazos iniciales con más claridad gracias a las transparencias y a que ahora mismo tiendo más a que el dibujo se perciba. Creo que todo construye y suma a la obra final. Creo que, en última instancia, es una forma de mi evolución creativa.

-En las obras que exhibe en Zamora apuesta por el gran formato.

-Me encuentro más cómodo a la hora de pintar y de expresarme en una superficie grande. También presento formato medio porque a la hora de las ventas es más fácil que se adquieran cuadros de menor formato por el tamaño de las viviendas. Sin embargo, cuando creo intento buscar el tamaño real de las cosas.

Salamanca, 1977

Llegó al mundo de la pintura de manera vocacional. Se licenció en Bellas Artes en la Universidad de Salamanca, donde se doctora en pintura. Durante un curso ha sido docente en el centro universitario salmantino, aunque desde el 2001 está dedicado por entero a la creación artística. Ha realizado más de una docena de muestras individuales y ha obtenido innumerables premios en certámenes de pintura y dibujo, entre los que se encuentra el premio Antonio López de pintura. Su hacer artístico puede contemplarse en la galería de arte Ángel Almeida-Espacio 36 hasta el próximo 12 de mayo en una muestra que responde al título de «La mirada apacible», que ha estado en Salamanca, Ciudad Real e irá este invierno a Sevilla.