«Abusiva, impresentable y absurda». Estos son algunos de los calificativos que emplean las peluquerías zamoranas ante la posibilidad de que la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) les cobre un canon por poner la radio en el interior de sus negocios.

Una medida que consideran exagerada y que algunos profesionales del sector no se muestran dispuestos a acatar. Este es el caso de Cristina San Juan, propietaria de un local de estética situado en el barrio de Pinilla en el que según anuncia seguirá poniendo la radio. «Mientras no venga alguien a decirme que la tengo que quitar voy a seguir poniendo música», asegura desafiante. Como otras compañeras del gremio, San Juan defiende la función ambiental que cumple la radio en el interior de sus locales, «que sin música parecerían hospitales», según sostiene. En el mismo sentido se manifiesta Rosa Terán Terán, de la peluquería «Doble T», quien cree que la ausencia de las emisoras «crearía un ambiente muy frío y muy monótono». Además, destaca que las emisoras radiofónicas «no sólo sirven de telón de fondo, sino que también sirven para salvaguardar la intimidad de nuestros clientes porque hay conversaciones sobre tratamientos de las que no tienen por qué enterarse el resto de la peluquería». También razona que «yo misma y muchas clientas sólo escuchan la radio en la peluquería por lo que de otra forma no conocerían a muchos cantantes, que son famosos porque se les escucha».

Igual de tajante se expresa Manoli Rodríguez, propietaria de una peluquería situada en el barrio de Las Viñas, quien cree que «la medida es un abuso total y es lo que nos faltaba». Critica que «nadie nos haya informado de esta medida» y aunque en su caso dejó de poner la radio hace unos años asegura que «sólo se pone de fondo porque en realidad con todo el ruido que tenemos en las peluquerías apenas se oye». Las tarifas de la SGAE son de 6,45 euros al mes para locales de hasta 50 metros, de 12,89 euros hasta cien metros y de un máximo de 67 euros para locales de entre 1.951 y 2.000 metros.