«No dejéis que el Estado os robe la educación de vuestros hijos». La contundente frase de Florencio Gago, delegado diocesano para la Familia y Defensa de la Vida resume el mensaje principal del Obispado en la festividad de la Sagrada Familia, que se celebraba ayer en la parroquia de San Lázaro. Gago hiló un discurso en el que animó a «denunciar cuando el Estado esté interfiriendo en la tarea de educación de los padres, sea con éste o con otros gobiernos». Defendió la competencia de los padres en esta tarea educativa, el papel de «primeros educadores de vuestros hijos» mientras «el Estado cumple su función de modo subsidiario». Animó asimismo a los progenitores a luchar tanto en esta tarea educativa como de «transmisión de la fe, sembrar esa semilla en vuestros hijos».

La importancia de la familia, señaló el sacerdote en la homilía, queda patente en las encuestas: «Ocho de cada diez personas dicen que la familia es lo más importante en sus vidas». Hizo referencia al programa televisivo «Españoles en el mundo», porque cuando se pregunta a los protagonistas, residentes en lejanos países, qué echan de menos de España «todos dicen que la familia».

En la homilía no hubo referencias a otros asuntos polémicos de la actualidad, como la renovada ley del aborto.

En un templo abarrotado de fieles, Florencio Gago indicó que este año han sido 215 parejas las que han seguido los cursillos prematrimoniales de la diócesis, una cifra aceptable. Teniendo en cuenta los tiempos que corren, «con la que está cayendo», es positiva la «apuesta por el matrimonio cristiano» que mantienen muchos jóvenes. En este sentido, agradeció la labor del Movimiento Familiar Cristiano o el grupo de encuentros matrimoniales. Fueron precisamente dos matrimonios que este año cumplían sus bodas de oro los encargados de portar las ofrendas: un ramo de flores, un cirio y el pan y el vino de la celebración.