Las diputadas del PSOE, Rosa Muñoz e Isabel Perero, denunciaron ayer el «vergonzoso estado» de la carretera C-519 que une las localidades de Vezdemarbán y Pinilla de Toro. Recordó Muñoz que el arreglo de esta vía se inició en el año 2005 después de quince años de constantes protestas vecinales y de los alcaldes de Pinilla de Toro.

Las obras realizadas en la primera fase, en el tramo que une San Pedro de Latarce con Vezdemarbán, se iniciaron en el verano del 2006 aunque sufrieron un «parón» al surgir la necesidad de elaborar un modificado del proyecto que elevó hasta 1.380.000 euros el presupuesto. Estos trabajos finalizaron en 2008 pero los técnicos de Obras de la Diputación «no recepcionaron las obras ante las deficiencias que presentaba el firme». A partir de aquí, se inició un proceso judicial que permanece abierto por «la falta de acuerdo entre la Diputación y Arcebansa y que está pendiente de la emisión de un informe por parte del Consejo Cultivo».

Tres años después, la vía se encuentra «agrietada prácticamente en sus ocho kilómetros de recorrido y ha tenido que ser parcheada», aunque, a la entrada de Vezdemarbán, está «completamente hundida y reventada». No menos grave es la situación en que se encuentra el tramo afectado por la segunda fase de la obra, cuyos trabajos de reparación finalizaron hace pocos meses, ya que en los ocho kilómetros que ocupa este tramo «se pueden observar numerosos y profundos baches».

Lo sorprendente, como denunció Muñoz, es que las obras de la segunda fase, presupuestadas en 1.326.963 euros, fueron adjudicadas por la Diputación a la misma empresa, Arcebansa. Para el grupo de diputados socialistas «es una vergüenza que la Diputación se haya gastado casi tres millones de euros en el arreglo de una carretera que se encuentra en ese estado».