La Sociedad de Cazadores de Toro denunció ayer ante el Seprona de la Guardia Civil el intento de boicot de la montería que tuvo lugar el pasado domingo en el coto de este municipio. Según hicieron constar en la denuncia, el autor o autores de los hechos esparcieron «bolas de alcanfor» por los caminos cercanos a «la mancha» o lugar donde se celebró la cacería, retiraron los carteles en los que se marcaban o señalizaban los puestos de caza donde debían ubicarse los participantes , colocaron siluetas de jabalíes dibujadas en cartón a lo largo del camino principal y realizaron una pintada en la carretera de acceso al espacio donde iba a tener lugar la actividad cinegética en la que se podía leer "Montería. Se venden bolas de alcanfor y salchichas de jabalí. 40 euros".

El presidente de la Asociación, Luis Martínez, afirmó ayer en rueda de prensa ante los medios de comunicación que tuvieron conocimiento de lo sucedido a primeras horas de la mañana y que, tras ponerlo en conocimiento de la Guardia Civil, miembros de este cuerpo se personaron en el lugar de los hechos y les anunciaron que iban a investigar lo sucedido ya que, podía constituir un delito contra el Medio Ambiente, entre otras cosas porque el alcanfor podía haber sido ingerido por otros animales a los que podía causar daños, aunque al parecer, el uso de esta sustancia podrían haber tenido como objetivo ahuyentar a los jabalíes. «En el Seprona nos han dicho que podrían haber hecho algo contra el Medio Ambiente y que lo iban a investigar», ha señalado al respecto el presidente de los cazadores toresanos. Luis Martínez contó también que al menos una veintena de cazadores habían sido persuadidos de participar en la montería a través de llamadas telefónicas «en las que les decían que los del coto de Toro éramos unos furtivos y que queríamos matar al menos cien jabalíes». Algo que asegura les ha causado pérdidas, ya que finalmente no se completaron los 120 puestos que se habían previsto para que participasen otros tantos cazadores en la batida, la cual tuvo lugar concretamente en una zona de Monte la Reina que está integrada en el coto toresano de caza.

El presidente del colectivo cinegético toresano asegura tener «sospechas claras» de la autoría de los hechos, en alusión a «una cuadrilla de socios«, y así lo han puesto en conocimiento de los agentes de la Guardia Civil ante quienes presentaron ayer la denuncia. Las sospechas apuntarían a los integrantes, y a algunos socios que la apoyan, de «una candidatura que se presentó fuera de plazo», en relación a las elecciones para la renovación de la Junta Directiva de la entidad cinegética. Al respecto Luis Martínez ha sido tajante y también ha querido dejar claro que «hasta el 25 de febrero no finaliza el mandato de cuatro años por los que yo soy presidente y hasta entonces soy yo el responsable del coto de caza ». Así las cosas, apunta a «la envidia y la mala leche» como las razones que han motivado a esta o estas personas a actuar de la manera que lo hicieron. Martínez ha adelantado que «si finalmente se consigue dar con los culpables, serán expulsados del coto para siempre». Una medida en la que asegura estar respaldado por al menos 150 de los 255 socios con que cuenta actualmente la entidad, o lo que es lo mismo, al menos por los cazadores que participaron en la comida que se celebró el pasado domingo tras la montería, que tuvo lugar en un restaurante de Toro.

Pese a las intenciones, sin embargo, la cacería de jabalíes, para cuya celebración la asociación contaba con las autorizaciones pertinentes, se llevó a cabo, aunque para ello los responsables del colectivo cinegético tuvieron que retirar el alcanfor y volver a colocar los carteles de sañalización de los puestos. Martínez asegura que no alcanza a entender lo ocurrido y con enfado y pesar visibles explica que «parece mentira que hayan sido socios los que lo han hecho; no se entiende que 10 o 15 cazadores les quieran chafar la diversión a otros 120, aunque al final no lo han conseguido, porque todos los que han participado en la batida han salido muy contentos y han disfrutado mucho». La jornada de caza concluyó con 40 ejemplares a tiro y 9 jabalíes abatidos, a los que hay que sumar otros dos que resultaron heridos y que murieron al día siguiente, según la información facilitada por Luis Martínez.