L as elecciones de secretario provincial del PSOE en Zamora proporcionaron el triunfo este fin de semana pasado al candidato Antidio Fágundez, que partía como favorito, aunque los resultados frente a Tomás del Bien fueron más ajustados y apretados de lo que cabía esperar. El nuevo líder de los socialistas zamoranos obtuvo un 52 por ciento de los votos y su rival se quedó en un 48 por ciento, significativo e importante de cara al futuro si no se consolida finalmente una integración posible pero que tampoco aseguraría que la crisis que arrastra desde hace ya largos años el PSOE de la provincia pueda quedar definitivamente cerrada algún día.

Apenas 700 votantes participaron en las elecciones, que se verán ratificadas en el congreso de finales de mes cuando Fágundez presente su equipo directivo. Son esos menos de 700 los restos de un pasado poderoso e influyente en Zamora en los tiempos de la socialdemocracia de Felipe González, y demuestran como aunque siga siendo el PSOE el partido con más representación y más historia de cuantos componen la oposición al Gobierno del PP parece haber encallado tras el naufragio definitivo que supusieron la nefasta época del nefasto Zapatero en Moncloa. Al cargo electo en Zamora, seguidor de Pedro Sánchez, le votaron masivamente en la capital y en algunas comarcas como Sanabria, mientras que Del Bien, en la linea de Susana Díaz, era apoyado por Toro, donde es alcalde, y por Benavente, también con alcalde socialista tras la debacle del PP en las municipales de mayo de 2015.

Municipalistas los dos, Fágundez teniente de alcalde en el ayuntamiento de la capital y hombre fuerte y para todo del equipo IU-PSOE, y Del Bien alcalde toresano tras su contundente victoria electoral, socialistas al alza los dos, eran las cabezas visibles de dos tendencias que vienen de lejos aunque figurasen actualmente alineados junto a los candidatos a los que prestaron aliento en las pasadas elecciones primarias socialistas que retornaron a Pedro Sánchez a la secretaria general del partido e hicieron fracasar estrepitosamente a la intrigante y ambiciosa presidenta de Andalucía. A juzgar por los resultados de ahora, las tendencias y las divisiones van a continuar entre los socialistas de la provincia, cuya ebullición, su anterior secretario provincial, Antonio Plaza, pudo atemperar pero no apagar. Hay que dar ahora un voto de confianza a Fágundez, que está desarrollando una labor eficaz y meritoria como número dos del Consistorio capitalino y que se ha convertido últimamente, lo mismo que el candidato derrotado, en líderes del relevo de su partido en la provincia zamorana.

Como siempre ocurre en estos casos, los dos, Fágundez y Del Bien, se mostraron satisfechos, aunque el ganador esperaba mayor respaldo y el de Toro esperaba ganar. El secretario electo no fue muy explícito en cuanto a integración pero su oponente electoral, en cambio, tendió la mano a una posibilidad que parece lógica y necesaria. Los dos son jóvenes, representan a una nueva generación de socialistas, y es previsible y probable que aparezcan juntos en la nueva Ejecutiva provincial del PSOE.