Hace algo más de medio siglo en estas fechas septembrinas se realizaban en las eras las últimas labores de un largo y fatigoso verano. Se remataba la limpia de las parvas a bieldo o a máquina, se metía el grano en sacos con el cuartal o la ochava y se transportaban en el carro a la panera o al sobrao.

En realidad, quedaban aún dos tareas: llevar la paja al pajar y finalmente barrer la era. Era entonces cuando aparecía una planta menuda de color lila denominada científicamente "Merendera pyrenaica" y en la Tierra del Pan quitameriendas. Se llama así porque, cuando florecía la planta, se quitaba a los criados el rebojo o merienda.

He usado la palabra parvas. En la Tierra del Pan la parva es el montón más o menos alargado que se forma con la cambiza, una vez trillada la mies. De hecho, en algunos pueblos zamoranos al acambizar lo llaman "emparvar" y "aparvar", o sea, hacer una parva. A la misma cambiza la denominan también "aparvador" y "aparvadera". No lo entiende así el DLE (Diccionario de la Lengua Española), que en su acepción 3 define parva como "mies tendida en la era para trillarla, o después de trillada, antes de separar el grano". Esto en la Tierra del Pan se llama trilla, que el DEL identifica con el trillo (instrumento para trillar) y define en otras acepciones "acción y efecto de trillar" y "tiempo en que se trilla". A lo que los tierrapaneros llamamos parva el DLE denomina parvero, "montón largo que se forma de la parva para aventarla".

También el gran filólogo español Joan Corominas define parva como "conjunto de mieses tendidas en la era antes de separar el grano". No se inclina por la definición de Sebastián de Covarrubias en su "Tesoro de la lengua castellana o española": "La mies que tiene el labrador en la era trillada y recogida en un montón, antes de ablentarla y apartar la paja del grano". Y no lo hace porque disiente con buen criterio semántico de la explicación que da Covarrubias -la llama pueril- de esta palabra, al hacerla derivar de parva (pequeña): "Díxose así porque siempre le parece pequeña en respeto de lo que él [el labrador] tenía concebido en su pecho".

Cita también Corominas, para avalar su definición de parva, al Arcipreste de Hita: "Yo non vi en ella ál mas si tú en ella escarvas, / creo que fallarás delas chufetas darvas; / valdríasete más trillar en las tus parvas". Pero alude, asimismo, al "Libro de Alexandre": "Trillava Don Agosto las mieses de las eras, / aventaba las parvas, alçaba las çiveras..." [ "çivera" significa grano de trigo]. De todos modos, Corominas no descarta que parva sea un término prerromano con significado de montón o de origen indoeuropeo.

En la Tierra del Pan y en otras muchas zonas leonesas una cosa es la trilla (la mies extendida en la era y la acción de trillar) y otra muy distinta la parva, la trilla concluida y recogida en un montón alargado. De hecho, se decía "poner la trilla" y no poner la parva, después de descargar la mies acarreada. Justo González Garrido dice en "Horizontes de Castilla. La Tierra de Campos, región natural": "La masa de mies así seccionada [ha estado describiendo la trilla con trillos de pedernal] se acumula después en grandes parvas a lo largo de la era para ser sometida a la "limpia"". Un personaje de "La esfinge maragata" de Concha Espina explica así la labor completa de la era, una vez descargado el bálago del carro: "Luego de tender los manojos, desfacerlos y echar el trillo, se dan bien de vueltas hasta que se pone la corona a la trilla. Después hay que atroparla con el calomón, ponerla en parva, hacerle la limpia con los bieldos y acerandarla con los cribos". Calomón y calamón llaman en Maragatería a la cambiza.

Considero, por todo lo expuesto, que el Diccionario de la Lengua Española debería recoger el significado que damos a parva y a trilla en la Tierra el Pan.