El Gobierno ha decidido cerrar Garoña. O no renovar la autorización para que siguiera funcionando, que viene a ser lo mismo. Y lo ha hecho- como lo oyen, se lo juro- un gobierno del PP, pese a que Rajoy aseguró y reaseguró que él nunca cerraría la central nuclear burgalesa. Pero, claro, lo dijo cuando Zapatero anunció la paralización de las actividades, en 2009. Una cosa es rechazar desde la oposición y otra tener el problema encima de la mesa. Una cosa es predicar y otra dar trigo. Una cosa es hacer demagogia y otra encararse con la dura realidad y tener que optar entre alternativas, a veces entre lo que se quiere y lo que se puede. Nada nuevo bajo el sol, pero que conviene no olvidar para que cada cual saque sus conclusiones.

Se cierra Garoña, pero nadie aclara el futuro del panorama energético en España. A estas alturas de la película, no sabemos casi nada sobre el asunto. En 2050, como muy tarde, no se podrá usar el carbón para producir electricidad y, por tanto, se cerrarán las térmicas (en Castilla y León, Compostilla, Anllares, La Robla y Velilla del Río Carrión, si es que continúan hasta entonces). Entre 2023 y 2028 acaba la vida útil (40 años) de las nucleares que hoy funcionan (Almaraz I y II, Trillo, Cofrentes, Ascó I y II y Vandellós II) y alguien tendrá que decir si se renuevan sus permisos. Nadie piensa en nuevas centrales hidroeléctricas; los pantanos tienen mala prensa y es preferible defender jabalíes, murciélagos y tordos que hacer regadíos. Y qué decir de las energías alternativas. El ex ministro Soria, de infausto recuerdo, se cargó las solares, las eólicas y todo lo que se le puso por delante?menos los bancos de Panamá.

Y en esas estamos. Si se cierran las térmicas, no se renuevan las nucleares, no se construyen más hidroeléctricas y no se avanza (o se retrocede) en las renovables, ¿de dónde sacaremos la energía dentro de unos lustros? Porque, oiga, renunciar a las comodidades que nos brinda la luz, aquí no renuncia nadie por muy antisistema y defensor de la vida natural que se proclame. O sea, que queremos hacer tortillas sin romper los huevos, pobrecitos con lo malo que tiene que ser el dolor de cáscara. ¿Solución? Hombre, le compramos la luz a los franceses, que tienen el territorio lleno de nucleares, o a los ingleses o a quien sea. Como somos ricos. O vamos al trueque. Luz por turistas, con permiso de la CUP catalana y de los batasunitos del norte.

Bromas aparte, alguien tendrá que mojarse. O, mejor dicho, "alguienes", porque este problema sí que es una cuestión de Estado. Y, como diría Rajoy, muy cuestión y muy de Estado. Pero ya verán cómo no se afronta y cómo sigue siendo un terreno abonado para la demagogia. Si unos dicen A, se oponen los que piden B, que, como ha sucedido con Garoña, acabarán haciendo A si llegan al poder. Y mientras tanto, pasa el tiempo y el embrollo se lía más. ¿Saben cuánto le paga a España a Francia por acoger nuestros residuos nucleares de alta actividad? Nada menos que 65.000 euros ¡¡¡diarios!!! Y leo que otros 55.000, también diarios, a Inglaterra. Echen cuentas. Y todo por no disponer de un almacén para estos materiales. Se iba a hacer en Villar de Cañas (Cuenca), pero está más parado que el caballo de un fotógrafo. Por cierto, la Junta, que ha pedido la continuidad de Garoña, se opuso a que se instalase en Castilla y León el citado almacén. Es decir, central, con muchos puestos de trabajo, sí; residuos, para otros.

Es una más de las múltiples contradicciones de un problema enquistado que todo el mundo ha afrontado con una visión cortoplacista y del que ha sacado tajada el PNV. En sus negociaciones con Rajoy, los de Urkullu exigieron el cierre de Garoña y ahí está. Claro que también lo pidió el PP de Álava y el de La Rioja. ¿Y el PP de Castilla y León? Mutis. Se ve que Fernández Mañueco está más cerca de Maíllo-Rajoy que de Herrera, que sí ha protestado, en una larga y dura carta, contra el adiós de Garoña. Y ha pedido un plan de industrialización de la zona. Y todos dicen que sí, que se reactivara el Valle de Tobalina. ¡Con lo que se rieron y bramaron cuando Zapatero anunció algo parecido! Aquello quedó en nada. Desde el 2011 manda Rajoy, así que algo tendrá que ver. Nuevo anuncio; el mismo escepticismo. El gato escaldado hasta del agua fría huye.

ADENDA.- Un granito de arena sobre la absurda polémica de si Ángel Nieto se sentía zamorano o no. Le conocí en 1993, año en el que yo andaba por la Subdirección de Deportes de TVE y él era el comentarista de las motos. Cuando le dije que yo era zamorano, se le iluminó la cara y ya siempre me trataba de paisano. Le gustaba hablar de esta tierra, de su tierra. Aun conservo un bolígrafo que me regaló tras una de esas charlas. Descanse en paz. Y que le dejen en paz los que duden, todavía, de su cariño por Zamora.