Pues claro que no se puede ni se debe consentir lo que está ocurriendo en Zamora. Un problema de consistorios pasados, presentes y futuros, si antes no se pone remedio al asunto. Zamora 10 tendrá mucho que hacer y decir al respecto. Ni con el PP, ni con el PSOE ni con IU se ha conseguido nada con respecto al lastre que suponen, para el progreso y el futuro de Zamora, las actuaciones de algunas técnicas y técnicos del Ayuntamiento, con sus caprichos, con sus demoras, con su falta de perspectiva y con su mala leche.

Ocurre en Zamora que para abrir un negocio hay que encomendarse a todos los santos, especialmente a la patrona de los imposibles, porque en eso se torna muchas veces esa misión que consiste en abrir un comercio o una industria. No me extraña que el jefe de una importantísima franquicia que logró abrir en Zamora después de hacérselas pasar canutas, dijera que "en ningún país del mundo he encontrado tantas trabas como en Zamora". Ese es el pan suyo de cada día para infinidad de empresarios. Las responsables tienen nombre y apellidos y están puteando de malas maneras a los empresarios. No sé si a todos, pero al que no les entra por el ojo debido se las están haciendo pasar putas. Y perdón por la expresión.

Echamos la culpa de todo a los políticos y a veces, sólo algunas veces, no son ellos, si no los que les rodean, todos esos contratados que se convierten en funcionarios y que se creen que el departamento, en este caso el de urbanismo, es suyo, de su propiedad y actúan de forma tiránica. Como si hubieran conseguido un salvoconducto a la impunidad. Ellos mandan y el concejal de turno a obedecer, cuantas veces coaccionado. Y ni que lo diga el presidente del Colegio de Arquitectos, ni el abogado que sea, ni la razón. La razón sólo la pueden tener ellos y los demás a bajar la cabeza. ¡Y ya está bien! Con Rosa Valdeón, del PP, fue un caos, con Francisco Guarido, de IU, a quien mucho respeto, corre el peligro de serlo. Y nadie hace y dice nada para acabar con el problema.

Algunas técnicas a las que pronto hay que poner nombre y apellidos están lastrando la vida de Zamora. Son más papistas que el propio papa. Se creen en posesión de la razón y de la verdad y hay que empezar a desenmascararlas, porque ellas y sólo ellas son las culpables de la situación, de la pobreza de Zamora, de que nadie quiera invertir en una ciudad donde manda la burocracia y la mala leche. Conozco a un empresario que se va a Méjico con su dinero, que es mucho, y sus bienes materiales porque ya ha dejado por imposible a la técnico de turno.

Lo siento por el concejal de Urbanismo, que me parece una buena persona, pero no lo suficientemente capaz para enfrentarse y afrontar el problema. El nombre de los técnicos hay que pronunciarlo con respeto nunca con el miedo de unos, la iracundia razonada de otros y el desprecio de los de más allá.