Ha habido movida interna en el Ayuntamiento de la capital, dos años después de constituirse el nuevo equipo de gobierno municipal entre IU y PSOE. El origen ha sido que el concejal socialista Jose Luis Gómez, que fue el candidato de su partido a la alcaldía pero que abandonó el grupo por disidencias internas con sus dirigentes en las negociaciones previas, pasando a ser junto a la numero dos de la lista, Cruz Lucas, edil adscrito e independiente, de repente ha abandonado el cargo, alegando causas personales y profesionales, que es lo que se suele alegar siempre cuando alguien se va, y que unas veces es cierto y otras no. Más bien da la impresión de que al cumplirse los dos años en el cargo ha considerado cumplido su compromiso con los ciudadanos por lo que hace mutis por el foro.

En realidad, fue una historia un tanto absurda y que nadie acabo de comprender, empezando por sus votantes y compañeros de militancia. Gómez, que encabezaba la candidatura socialista y a quien se consideraba un buen aspirante a alcalde pese a las horas muy bajas del PSOE, sorprendió a todos un día cuando negociada y acordada ya la alianza con IU, anunció su abandono del grupo, junto a la numero dos de la lista, acusando ambos a la dirección del partido de no haberles tenido en cuenta y haberles eliminado de la negociación, haciendo como si no existiesen. Desde luego que algo de esto hubo y se filtró a la calle pero la reacción pareció excesiva, y los zamoranos no pudieron evitar las suspicacias en torno a la ocurrido y especialmente en torno a lo que podría ocurrir en el Ayuntamiento.

Los dos concejales independientes renunciaron a su partido y anunciaron de modo firme que apoyaría en todo momento al equipo de gobierno local que se formaba entre IU y un PSOE con más débil representación, y el hecho cierto es que así ha sido durante todo este tiempo, cumpliendo su compromiso con rigor, lealtad y seriedad. Gomez ha creído cumplida su misión, lo deja, y corre la lista de 2.015 para ser sustituido por Dori Martin, una veterana del partido, que llega a la Corporación municipal con ganas de trabajar, según ha dicho. Normalidad, pues, y eso: a trabajar, que el Ayuntamiento tiene aun muchos proyectos pendientes que no acaban de arrancar. Y aunque quiere cooperar en todos los frentes a favor de la ciudad, tampoco puede cumplir, por claras razones económicas, con todos los planes.

Es lo que sucede con Zamora10, el plan dinamizador de los empresarios al que las instituciones provinciales y regionales apoyan y apoyarán en cuanto puedan, pero que se han visto obligadas a rechazar la pretensión de abrir ya una oficina especial que hasta finales del año próximo costaría casi 180.000 euros. Ayuntamiento, Diputación, Junta, tienen funcionando departamentos semejantes y ello ademas solaparía funciones institucionales. Los industriales se sienten decepcionados pero la postura oficial es comprensible. No se puede empezar a hacer las casas por el tejado. Hay que empezar con humildad, sin pausa ni prisas exageradas, trabajando unidos todos, con realismo. Lo contrario es volver a lo de antaño, a pedir el maná, y a que florezca más el escepticismo y la resignación entre la población.